Arjona defendió el "poder masculino" y habló de la "dificultad" para acercarse a una mujer hoy

"Hola, buenas noches, quiero decirte que llevo tres noches sin dormir pensando en las 25 maneras que podría inventar para quitarte ese vestido". Con un ejemplo polémico revistió la supuesta problemática masculina de no saber como acercarse a una mujer. En el universo femenino habitan dos clases de hombres: están los que a usted les gusta y están los que no les gusta" argumentó.

SOCIALES09 de agosto de 2022Pérez NataliaPérez Natalia

Ricardo Arjona está en Buenos Aires y viene de un fin de semana completo de shows en el Movistar Arena. Habitualmente en sus shows, el cantante guatemalteco suele introducir sus canciones con algún speech alusivo, momento ideal para que la banda se acomode para el tema siguiente mientras él sigue conectando con su gente desde un costado más íntimo y confesional. Y en la función del domingo sorprendió con un alegato en defensa a los hombres y la galantería.

“Los hombres perdimos el territorio que habíamos ganado porque nos portamos mal. Por allá, a mediados de los años 90, todo ese poder masculino, se fue por la borda, ¿no? Perdimos todo. Hoy, seamos claros, los hombres estamos en el último de los escalones sociales. Mucho después de las mascotas”, dijo y provocó las risas de su multitud.

Dio una explicación de una supuesta situación que se da entre hombres y mujeres a la hora de vincularse, defendiendo la galantería y los piropos masculinos. “Lo único que tenemos nosotros es una dificultad hoy para acercarnos... y eso no le conviene a nadie. Por ejemplo, en el universo femenino habitan dos clases de hombres: están los que a usted les gusta y están los que no les gusta. ¿Como sabemos nosotros a qué grupo pertenecemos si no nos acercamos?”, comenzó a imaginar y dio un ejemplo.

“Usted está en un boliche, sentadita, y viene un tipo que tiene la inmensa suerte de ser el que a usted le gusta, se abre paso en la multitud y se acerca con una típica frase cursi masculina. Y le dice: ‘Hola, buenas noches, quiero decirte que llevo tres noches sin dormir pensando en las 25 maneras que podría inventar para quitarte ese vestido’. ¡Atrevido el tipo!”, contó. 

“Él es de los que a usted les gusta. Entonces le dice: ‘¿Me permite un momentito?’. Y agarra su celular, se mete en el chat con sus amigas y les dice: ‘Acabo de conocer a un hombre salvaje pero tierno. No saben qué maravilla. Las dejo, voy con él’. Pero después usted está sentada en el mismo lugar y se viene abriendo paso un tipo que la única culpa que tiene es que es del grupo de los que a usted no les gusta. Entonces el tipo se acerca y le dice: ‘Buenas noches, quiero decirte que llevo tres noches sin dormir pensando en las 25 maneras que podría inventar para quitarte ese vestido’. Y usted le dice: ‘¿Me permite un momentito?’ Y llama al 911″, cerró el ejemplo y volvió a provocar risas.

“¿Como sabe ese pobre muchacho a qué grupo pertenece? Ahí estamos viviendo hoy. Cómo hago yo para volver a tener el valor como compositor de gritar a los cuatro vientos cosas como: ‘No es ninguna aberración sexual, pero me gusta verte andar en cueros’”, comenzó a cantar Arjona los primeros versos de “Desnuda” y provocó una enésima reacción histérica de sus fanáticas.

Levante y piropos

El feminismo vino a incomodar,  a poner en jaque aquellas actitudes que considerábamos "normales" en las relaciones que establecemos. El piropo ocupó un lugar en estos debates, parece mentira que todavía debamos explicar que una palabra o una frase que un hombre le dice a una mujer que NO conoce y que no le pidió su opinión, llegue a incomodarla e incluso aterrorizarla. 

El hecho de que el tema de los piropos esté tan definido respecto al sexo de quién lo dice y quién lo recibe es un dato importante que apunta a la evidencia de que la situación en que una persona evalúa públicamente el cuerpo de otra es producto de un sistema patriarcal machista, según el cual los hombres, por ser hombres, tienen un derecho, consolidado por una tradición de siglos, sobre las mujeres: el de evaluarlas (en especial su físico) públicamente, sin consideración a si a ellas puede o no apetecerles oír esa evaluación.

Piropear ha sido siempre el rito machista de identidad, según el cual, para ser hombre tienes que usar así a las mujeres, porque si no, no eres suficientemente hombre. El machista no puede entender por qué piropear está mal porque no puede respetar que la mujer tenga una opinión también, una mente; no puede ni imaginar que quizá a esa mujer no le guste que vayan por ahí desconocidos diciendo cosas de su cuerpo, y se siente ofendido si le respondes ¿Ofendido por qué? ¿Porque rechazas "el honor" de que se fije en ti y te ponga una etiqueta?  No tienes ni derecho a responder.

Entonces ¿porqué tantas mujeres escuchan Arjona?

En el 2010  el Suplemento "Las 12" de Pagina 12 publicó donde interpela esta compleja relación ¿Cómo es posible que alguien que le canta a la mujer sin sortear ni uno de los prejuicios más remanidos, los clichés más machistas y retrógrados, cuente con la admiración de un público mayoritariamente femenino? Los atentados al género cobran rima en casi todas sus canciones. Parece que Arjona se ocupara de señalar los presupuestos más denigrantes para luego lamer las heridas de lo que él mismo acaba de poner en verso.

¿Cómo lo hace? En una canción se vanagloria de haberse enamorado de la fea, la inteligente, a la que ni le hacen lugar en el colectivo (?), en otra confiesa de que a pesar de que tuvo sexo mil veces, recién “hace el amor” cuando consigue llevarse una virgen a la cama mientras que en otra arenga a no abortar porque el mundo se pueda quedar sin un trovador como él.

Arjona arrasa presentándose como el candiadato ideal para agregarle vida a los años de la señora de las cuatro décadas, y como todo currículum ofrece, que es “un diez años menor”. Conquistar la admiración de las mujeres rimando sobre las manchas de su menstruación, su condición de vientre gestante, insistiendo con aquello de que salieron de una costilla, haciendo un panegírico de su histeria pidiendo que le digan que no y que lo acompañen a estar solo, parece una tarea descabellada o anacrónica. 

La verdad es que las mujeres tenemos muy interiorizados discursos que nos coartan. La psicóloga especialista en equidad de género y derechos humanos, Renata Infante publicó una nota donde analiza este fenómeno.

"Pareciera ser que mi psique ha construido algunos arquetipos musicales de los cuales no me he podido desprender. Mi amigo Carl Gustav Jung decía que los arquetipos son patrones universales derivados del inconsciente colectivo y, quizá por eso, las letras de algunas canciones se han quedado ancladas en mi psique."

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