El Día Internacional del Orgasmo Femenino: la revolución del goce

Se conmemora anualmente el 8 de agosto en Latinoamérica y en otros países del mundo con el objetivo de crear conciencia sobre la sexualidad femenina y el derecho al placer de las mujeres.

SOCIALES 08 de agosto de 2022 Pérez Natalia Pérez Natalia
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El 8 de agosto se conmemora el Día Internacional del Orgasmo Femenino, fecha oportuna para despejar creencias erróneas y enfatizar el derecho soberano de la mujer a su placer sexual. A nivel mundial no alcanzar el orgasmo es algo frecuente y afecta alrededor del 30% de mujeres.

 El placer llega a la conversación para ser asimilado como un nuevo concepto para poner en práctica en las vidas de mujeres y disidencias. Si bien se están dejando atrás viejos preconceptos, todavía existe mucho desinterés y desconocimiento sobre el placer sexual femenino y disidente.

La anorgasmia es una de las disfunciones sexuales que impide el disfrute de un vínculo amoroso. Alrededor del 90% de los causas de la anorgasmia se deben a cuestiones psicológicas y no fisiológicas. Dos de las razones a las que podría atribuirse esta situación son la representación poco realista de la experiencia sexual en los medios de comunicación convencionales y pornográficos, y las expectativas de que una mujer puede alcanzar el clímax sólo con la penetración, cuando eso está muy lejos de la realidad.

La psicología freudiana asociaba al deseo sexual femenino con enfermedades mentales como la histeria, además de clasificar al orgasmo femenino en dos categorías: clitoriano y por penetración. Con el avance de la ciencia se descubrió que hay más puntos de deseo en el cuerpo de personas con vulva que hasta ese entonces no eran reconocidos. Los juguetes sexuales para mujeres y disidencias ya no incluyen únicamente vibradores. Y no centran el placer en el falo masculino, sino que ofrecen una amplitud de posibilidades para el ejercicio del placer y corren el foco de un goce heteronormativo.

  • ¿Cuántas veces te has sentido rara por pensar que algo le pasa a tus orgasmos que no son “normales”?
  • ¿Cuántas veces has dudado hasta de tu sexualidad pensando que no eras capaz de “llegar al orgasmo”
  • ¿Cuántas veces tus relaciones sexuales han terminado cuando tu compañero ha tenido un orgasmo y tú aún ni si quiera estás excitada?
  • ¿Cuántas veces has reclamado tus orgasmos, pidiendo lo que te gusta, o indicando cómo alcanzarlo, pero no te has sentido ni escuchada ni respetada?
  • ¿Cuántas veces te has sentido mal por tener orgasmos tú sola masturbándote pero en pareja ser incapaz de sentir uno?
  • ¿Cuántas veces has oído que la mujer es “más lenta” para conseguir un orgasmo?
  • ¿Y cuántas veces te has sentido mal por no tener un orgasmo en un coito? Como si esta técnica fuera la única posibilidad para tener placer o como si necesitáramos un pene para disfrutar…

La Revolución del placer

Otra temática de la sexualidad históricamente silenciada es la masturbación. De niñas nos decían “eso no se toca, no se hace”, para anular el contacto con el cuerpo y la exploración del deseo, al contrario de los varones cis, alentados en la práctica.

"La masturbación es un ejercicio de la autonomía, es una práctica necesaria y saludable. A los varones se les obliga a explorar esa sexualidad, a las mujeres se les dice desde niñas ‘eso no se hace, no te toques ahí’, se asocia a la vulva con lo malo, lo feo, ni siquiera se la nombra. En la adolescencia se espera que el sexo sea en pareja. No es raro que muchas mujeres recién en su adultez reconozcan su masturbación. Tocarnos también nos empodera, nos transforma en actoras y responsables de nuestro propio placer", explica Carolina Meloni es sexóloga y miembro de la Fundación Argentina LGBT. 

 La conquista del placer como territorio históricamente relegado en las mujeres es una novedad que se recibe de a poco, tomando confianza en la autonomía del cuerpo y en el entendimiento de que gozar es también un derecho.

Luciana Peker, activista feminista y periodista,  asegura que el sexo es político, porque las relaciones sexuales son marcadas por la dinámica política. Si solo los varones pueden asumir el deseo, marcar las reglas, elegir y gozar (el machismo como una forma de construcción política), se suprime el deseo de las mujeres. La revolución del deseo, que jerarquiza el goce de las mujeres, tanto a decir “no” a lo que no quieren como a rechazar la violencia y el maltrato como formas de imposición del deseo masculino (que no ve a las mujeres como sujetos de derecho y deseantes), también es una revolución de las reglas políticas.

En una entrevista con la revista Semana la escritora destaca que estamos en una etapa superadora de la idea de autonomía, en la que se incluyen sexualidades disidentes: lesbianas, gays, trans, personas no binarias, relaciones mucho más amplias que solo la heterosexualidad clásica. Pero más allá de eso, la lucha está en entender que existen formas de amor, de vínculo, de afectividad, donde la autonomía de la mujer tiene la posibilidad de contemplar el goce. Se trata de una autonomía que no ve a la mujer sólo en relación a la pareja, desde la mirada del varón, lo cual es una gran lucha. La revolución rompe ese rompecabezas, para formar mujeres más potentes, dispuestas a mirarse a ellas mismas, y varones que puedan acompañar a volver a armarlo no solo teniendo en cuenta rituales clásicos, sino encontrarse en nuevas modalidades de relación.

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