Lenguaje inclusivo: una discusión política y no gramatical

Todes, elle, niñxs, el lenguaje como herramienta de transformación social y las incomodidades que representa para algunos sectores.

SOCIALES 16 de junio de 2022 Pérez Natalia Pérez Natalia
lenguaje inclusivo

En la última semana uno de los temas que marcó agenda de manera nacional fue la prohibición del lenguaje inclusivo por parte del gobierno de Buenos Aires. Amparándose en reglas gramaticales que aparentan reparar falencias educativas la prohibición solamente fomenta la pedagogía de la expulsión. 

Pero el lenguaje inclusivo no es solo poner " e, x, @", promueve la observación crítica, estimula la inclusión y el respeto por los derechos. La lengua va mutando no permanece inmutable en el tiempo; se modifica de forma diacrónica y funciona sincrónicamente, el solo hecho de utilizar una lengua conlleva a su renovación. 

Las palabras ordenan el pensamiento, a través de la significación que le damos entendemos el mundo. El cambio que supone la utilización del lenguaje inclusivo es el  asumir la responsabilidad política de sustanciar la ampliación de derechos lingüísticos entendidos como derechos humanos.  La reivindicación de aquellas identidades que han sido y continúan siendo invisibilizadas bajo estructuras binarias o de colectivización masculina.

Supongamos que estamos en un aula y la maestra se dirige al alumnado y les dice "Chicos pueden salir al recreo y jugar". De pronto observa que una de las niñas se queda en su banco cuando le pregunta porque no salió con sus compañeros y la niña le contesta "Dijo que salgan los niños y yo soy una niña". Impaciente la maestra le contesta que cuando dice NIÑOS se refiere a todos. 

Termina el recreo y regresan a sus pupitres. La maestra antes de comenzar el nuevo tema hace un anuncio "Chicos ya pueden anotarse al campeonato de fútbol". La misma niña se para e intenta la anotarse en la lista, la maestra la frena y le dice que no puede anotarse porque es solo para los niños. 

Entonces ¿ cuando "niños" es el todo, y cuando me excluye?

La morfología  binaria masculino/femenino provoca un sesgo inicial. El sector masculino ha asumido como un derecho incuestionable el asumirse como el único referente y el único modelo en la ciencia, el único sujeto de derechos en las leyes, el único sujeto pensante capacitado para tomar las decisiones de un gobierno, y el único al que valía la pena reconocerle su obra, y, por tanto, el único que merecía ser nombrado, práctica que aún se percibe como “lo correcto” o “lo normal”.  

En nuestra sociedad se han asignado sistemas de valores, pautas de comportamiento y roles diferentes para mujeres y hombres, es decir, conductas distintas para cada persona en una situación particular en función de su sexo. Uno de los mecanismos de reproducción de los estereotipos que discriminan e invisibilizan a las mujeres y las distintas diversidades es el lenguaje, que es el espejo de nuestras prácticas socioculturales.  Desafortunadamente, a través de ellos contribuimos a seguir manteniendo un orden androcéntrico en el que  otras formas de autopercibirse  quedan invisibles y al margen de todos los beneficios y reconocimientos a los que como personas tienen derecho

Si lo pensamos desde la filosofía  y la psicología podemos remitirnos a una de las frases más famosas de  René Descartes "pienso y luego existo". Durante el renacimiento europeo, todas las convicciones que se habían asumido como verdades durante la Edad Media comienzan a desmoronarse.  Refiere a la indudable verdad de la propia existencia en tanto que pensamos. Es decir, podemos dudar de todo lo demás, excepto de que estamos pensando en este preciso momento.

Al dudar de todo solo puede reconocer un punto que es indudable: aquel en el que surge su propio pensamiento, su raciocinio. Sea lo que sea este 'yo', es innegable que es indiscutible que este existe y por lo tanto puede ser una base de la objetividad de nuestra existencia. ¿Pero que pasa cuando el lenguaje no me representa, si  no al contrario me invisibiliza? Esa es la verdadera tensión que provoca rechazo en parte de la sociedad, que nos obliga a cuestionarnos, a salir 

La perfomatividad es un acto lingüístico, una simple E pone en lugar de sujeto de derecho a toda una población, y contribuye a la normalización de la misma, hace visible. La interdependencia con el principio de igualdad resulta así perturbadora para los poderes que distribuyen el reconocimiento de manera indiferenciada.  

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