Brinkmann tiene reina: una tradición patriarcal que se resiste

El patriarcado impone la idea de que el cuerpo femenino está para ser analizado, juzgado y deseado por hombres.

SOCIALES14 de junio de 2022
REINA BELLEZA

En los últimos años se dejaron de organizar casi 20 certámenes de belleza en Argentina.La objetivización de la mujer y si bien parece ser una de las formas más sutiles de violencia de género, la violencia simbólica es en verdad la madre, el padre, de todas las violencias contra nosotras. .Sin embargo en algunas localidades esta "tradición" continúa viva, como el caso de Brinkmann el fin de semana pasado

Los concursos son organizados (a grandes rasgos) a nivel municipal, provincial y nacional. Los gobiernos ponen las bases para participar y, en general, funcionarios públicos participan del jurado que elige a la soberana.

En estos concursos el cuerpo femenino es observado, criticado y evaluado por jurados mayoritariamente masculinos reforzando los estereotipos de belleza impuestos a las mujeres. En los últimos años el movimiento de mujeres comenzó a visibilizar la violencia ejercida en este tipo de prácticas, muchas veces sostenidas con argumentos referidos a su carácter cultural o tradicional.

Estos concursos son criticados por el movimiento feminista por considerar que ponen a la mujer en un lugar de objeto, generalmente sexualizado, y donde lo que prevalece es la apariencia física. En su mayoría estos eventos cuentan con una competencia de bikini y los jueces son principalmente hombres. A lo largo de los años, organizadores de estos certámenes han tratado de defenderse diciendo que se busca más allá de la apariencia física de las mujeres y que también se valora su inteligencia.

Desde la pequeña localidad cordobesa aseguran que las jóvenes, no sólo mostraron su belleza, sino también sus conocimientos sobre distintos temas, y sobre la institución que representaban, en una entrevista previa.

El patriarcado impone la idea de que el cuerpo femenino está para ser analizado, juzgado y deseado por hombres. Aunque los concursos de belleza insistan en que no objetivizan a las mujeres porque también valoran su inteligencia,  en la práctica lo primordial es el aspecto físico de las concursantes

CIUDADES SIN REINAS 

La Comisión Nacional Coordinadora de Acciones para la Elaboración de Sanciones de Violencia de Género (CONSAVIG) viene desarrollando un proyecto que se llama “Ciudades sin Reinas”, y está “destinado a informar y sensibilizar sobre el tema, además de apoyar iniciativas de organizaciones de mujeres y poderes ejecutivos o legislativos locales”. 

CONSAVIG sólo puede intervenir cuando el Estado es parte de estos dechados de violencia simbólica. “Dejamos claro que cuando el concurso o la elección pertenece al sector privado nosotras podemos decir 'qué asco', 'qué pena', y no mucho más. Pero si se destinan fondos públicos para promover violencia contra las mujeres, sea porque lo organiza la intendencia, sea porque publicita, adhiere, auspicia o presta el salón, ahí tenemos que ponernos firmes, porque por otra parte están infrigiendo no sólo la ley integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, sino la política estatal de género, institucionalizada en el Ministerio de las Mujeres”

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