No importa si tomó, como se vistió o si se subió sola al auto: NO ES NO

¿Que hacia sola a esa hora? Le gustaba provocar... Frases que reafirman la cultura de la violación, y marcan la importancia de educar desde el consentimiento, y replantear las masculinidades.

SOCIALES 24 de agosto de 2021 Pérez Natalia Pérez Natalia
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El último mes San Francisco se vio sacudida por una serie de casos relacionados con abusos sexuales, las redes sociales se llenaron de mensajes de todo tipo, en su mayoría de indignación, pero una parte de ellos reflota un tema central en la lucha feminista, la culpabilización de la victima. 

“Estaba borracha”.

“Las mujeres dicen ‘no’ cuando quieren decir ‘sí’”.

"Ella se subió al auto"

Estas son algunas de las frases que se pueden leer en una infinidad de posteos. Jean Pïaget, epistemólogo, presentó una teoría que demostraba que el lenguaje ordena el pensamiento. Citamos esto ya que debido a que el lenguaje está profundamente arraigado en la cultura, podemos llegar a olvidar que las palabras y frases que utilizamos cada día dan forma a nuestra realidad. Las creencias que fomentan la violación están grabadas en nuestro idioma: “Iba vestida como una puta. Lo estaba pidiendo”.

Esto contribuye a fomentar lo que se define como Cultura de la Violación, que es un termino que describe a las sociedades que normalizan la violencia sexual, ignorándola, minimizándola e incluso alentándola.

Desterrar de nuestro vocabulario estas frases es importante, no solo para dejar de normalizar este acto, si no porque es necesario recordar que en Argentina solo 1 de cada 10 casos de abuso sexual es denunciado, y cuando como sociedad enunciamos estas nefastas frases, esas 9 personas que no denuncian están escuchando. Inconscientemente le afirman a la victima que en el caso de denunciar va  a ser ella quien sea juzgada, por cada acción que cometió en el pasado o por el largo de su pollera; fomentando así la auto-culpabilización. 

Para poder detener esto una de las cosas que podemos repensar la masculinidad. La autorreflexión, las conversaciones en la comunidad y la expresión artística son sólo algunas de las herramientas de las que disponen hombres y niños, así como mujeres y niñas, para examinar y redefinir la masculinidad. Si sos hombre podés pensar de manera crítica qué significa la masculinidad para ti, y cómo la representas.

Otra estrategia necesaria para revertir esto es  educar en el consentimiento. Esta idea va más allá del plano sexual, se refiere a todos los planos de la vida. El consentimiento sexual es un acuerdo para participar en una actividad sexual. Antes de mantener relaciones sexuales con otra persona, debes saber si esta persona está de acuerdo. 

¿Como debe ser dado el consentimiento?

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Con convencimiento

El consentimiento nace de un sentimiento de motivación. En lugar de buscar un “no”, asegúrate de recibir un “sí” activo.Si tu pareja acepta, pero transmite preocupación o inseguridad, no hay consentimiento. “No”, “no lo sé” o un silencio no son sinónimos de consentimiento.

Dado libremente

El consentimiento se debe dar sin presiones. No es correcto engañar, forzar o amenazar a alguien para que diga que sí. 

El consentimiento debe ser consciente

Por consciente se refiere a que una persona que no está lúcida al 100% no puede dar un verdadero sí. En esta lista entran las personas embriagadas, drogadas, durmiendo y en algunos casos de personas que vean su capacidad de decisión mermada

Informado

Sólo puedes consentir si conoces todos los hechos. Por ejemplo, cuando una persona dice que va a utilizar protección durante la relación sexual, pero no lo hace, no hay sexo consensuado.

Específico

El consentimiento contempla situaciones específicas. Tienes derecho a consentir una cosa y no otra. Puedes estar de acuerdo en besar o tocar un día y no al día siguiente. Lo que consientes es sólo decisión tuya y puede variar.

Reversible

El consentimiento se puede retirar. Puedes cambiar de idea en cualquier momento. Y el consentimiento es importante incluso entre las parejas que ya han mantenido relaciones sexuales antes.

La mayoría de las agresiones sexuales no las cometen personas extrañas en callejones oscuros. Es frecuente que el autor de una agresión sexual sea alguien a quien la víctima conoce o, incluso, una pareja sentimental.

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