Aresca presentó un proyecto para eliminar las retenciones al agro

Si se aprueba el pan y la carne en Argentina se pagarían a valor europeo, que son quienes nos compran los cereales y las carnes .

POLÍTICA 31 de marzo de 2022 Pérez Darío Eduardo Pérez Darío Eduardo
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El bloque Córdoba Federal en la Cámara de Diputados, que responde al gobernador cordobés Juan Schiaretti, presentó este miércoles en el Congreso un proyecto para eliminar de forma gradual las retenciones a las exportaciones.El ex-intendente Ignacio GarcíaAresca es principal impulsor, ya  que es un productor agropecuario.De aprobarse  la  iniciativa , todos  los productos  que  se elaboran  con  cereales  pasarían a pagarse en Argentina  al  mismo  precio  que  los paga un francés  o un  alemán,  países  que deben  importar esos mimos productos,  en  otras palabras  los  precios internos  se  multiplicaran  por  tres. 

La iniciativa fija una reducción gradual de 3 (tres) puntos porcentuales anuales en las alícuotas de Derechos de Exportación para todos los productos, excepto para los del complejo sojero (poroto, aceite de soja, harina de soja y biodiesel), para los cuales la reducción anual será de 4 (cuatro) puntos porcentuales. El trigo se hundió más 4% y la soja cayó pero se mantuvo encima de los u$s600

Además, establece que la reducción gradual se mantendrá hasta alcanzar la alícuota 0 (cero), con excepción de los hidrocarburos, minerales básicos, metales preciosos, semillas oleaginosas y cereales, para las cuales las alícuotas finales no podrán superar los 3 (tres) puntos porcentuales.

El texto, que lleva las firmas de los diputados Carlos Mario Gutiérrez, Natalia de la Sota e Ignacio García Aresca, busca "contribuir al desarrollo del federalismo productivo, disminuir la presión tributaria, brindar certidumbre a las actividades de exportación y establecer incentivos efectivos para la formalización de la economía" y se basa en el criterio de que es materia del Congreso fijar derechos de exportación.

Los legisladores también argumentaron que los derechos de exportación "son un pésimo tributo, por su carácter altamente distorsivo y por desincentivar aquello que todos los países del mundo quieren estimular, como son las exportaciones".

Por otro lado, también destacaron que "distorsionan gravemente el federalismo argentino, ya que generan fuertes inequidades y transferencias de ingresos entre regiones, dado que el 90% de su recaudación se extrae de cinco provincias" y al tratarse de un tributo no coparticipable, el costo para estos distritos es " tres veces superior al de otras jurisdicciones del país".

El proyecto también indica que los productos que se encuentren alcanzados con alícuotas de derechos de exportación iguales o inferiores al 3% (tres por ciento) al inicio del esquema de reducción, quedarán completamente desgravadas al primer año de entrada en vigencia del nuevo régimen.

La reducción gradual "comenzará en enero del año posterior a la entrada en vigencia de la presente ley para todas las posiciones arancelarias, con excepción de los productos asociados al complejo de la soja (grano y sus derivados), los hidrocarburos, los minerales básicos y los metales preciosos, para las cuales la baja comenzará en enero del segundo año contado a partir de la entrada en vigencia".

Además, el proyecto que los productores agropecuarios puedan acceder al año siguiente a cupones de crédito, surgidos de la conversión de una proporción incremental de sus desembolsos en concepto de derechos de exportación, para que puedan cancelar el impuesto a las ganancias, entre otros gastos.

Lo  que pasaría  si  se  sacan las retenciones

  1. Si el precio interno de los productos agrícolas se determina multipli cando el precio internacional por el tipo de cambio, esta solución implica que los alimentos se encarecerán por el dólar alto -ya que, de no ser así, se exportaría toda la producción- y eso reduce el poder adquisitivo salarial.
  2. Implicaría convalidar una renta extraordinaria a favor de los productores agrícolas y los exportadores de granos, que no la necesitan para ser rentables, y llevaría a concentrar los ingresos y la riqueza en un grupo social minoritario que podría cambiar la/s 4x4 todos los años y recorrer el mundo, mientras a casi 3 millones de indigentes no les alcanzan sus ingresos para comer, en un país que produce el equivalente calórico para 400 millones de personas.

Impuestos

Frente a estos inconvenientes parecería que la alternativa sería que cada sector tenga el tipo de cambio que lo haga rentable para exportar, más alto la industria y más bajo el sector agrícola. Pero esto también tiene contraindicaciones. Una es que las normas de comercio internacional a las que adhiere Argentina ya no admiten la aplicación de tipos de cambio diferenciales. Otra es que los mercados cambiarios desdoblados siempre dieron lugar a maniobras elusivas, cuando no ilegales, para liquidar en los mercados de dólar más rentable las operaciones de los otros.

En función de todo esto se concluye que la solución menos mala es la de tener un mercado cambiario único y uniforme, con distinto grado de regulación por parte de la autoridad monetaria, y establecer las diferencias efectivas a través de distintos tributos de carácter interno. 

Esos tributos pueden implicar un dólar más caro o más barato que el oficial único en función de criterios de política económica. Así, por ejemplo, el reciente tributo PAIS hace que el tipo de cambio efectivo para atesorar divisas o gastarlas en esparcimiento en el exterior sea de hecho un 30 por ciento más caro que el valor oficial del dólar.

Inversamente, las exportaciones de soja percibirán con una retención del 33 por ciento un tipo de cambio fijo que será las dos terceras partes del valor oficial del dólar. 

Nadie va a perder plata por eso ni dejar de exportar o viajar; sí van a dejar de ganar una superrenta ficticia derivada de la hipercrisis cambiaria gestada por el gobierno anterior.

A la vez, conteniendo los precios internos de los alimentos a través de las retenciones, se evita un mayor deterioro de los salarios y un incremento innecesario del costo salarial para las industrias que tengan que exportar con este dólar, bastante más rentable que el de hace dos años.

En los hechos es preciso hilar más fino: no todas las industrias pueden exportar con este tipo de cambio y quizás haya que darles otros incentivos y apoyos, sin apoyar cualquier ineficiencia microeconómica, ni tampoco todas las producciones agrícolas pueden soportar una retención del 33 por ciento, sobre todo los de economías regionales con mayor valor agregado interno.

Lo importante es entender que la EPD argentina no puede funcionar, generar pleno empleo y crecer de manera sustentable con un tipo de cambio efectivo único para todos los sectores, y que las retenciones a las exportaciones son un instrumento básico y permanente para lograr esos objetivos fundamentales.

* DANIEL NOVAK  Docente de la Universidad Nacional Arturo Jauretche, subcoordinador de la carrera de Economía.

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