Gigantes no aptos para convivir en la ciudad y que hacer con ellos

Con cada tormenta crece el riesgo

LOCALES 27 de marzo de 2023 Pérez Darío Eduardo Pérez Darío Eduardo
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Cuadrilla municipal cortando un eucaliptus durante la última lluvia.

Los criterios de selección de árboles para la vía pública, tanto en el pasado como en el presente, están asociados a la facilidad de propagación y a la velocidad de crecimiento, sin considerarse si se trata de una especie apropiada en el largo plazo. Eso es lo que se advierte en la Guía de Arbolado Urbano , editado por Alfredo Grau y Alejandra Kortsarz. . Esa especie está desaconsejada por ingenieros agrónomos, botánicos y por esa misma guía, para ser parte del arbolado urbano , en San Francisco  con la  llegada de la gran lluvia  algunos  ejemplares  cayeron sobre autos  y  obligó  a  las cuadrillas municipales a tomar las motosierras  y despejar  las  veredas  de la  zona norte.Es habitual ver los euca  derribados  sobre la  vera  del  acceso a la ruta  1, un error  haberlos  plantado.

Como se detalla en el libro de Grau y Kortsarz, los eucaliptos son originarios de Australia, la mayoría de las especies cultivadas en Argentina son de crecimiento rápido y pueden alcanzar una altura considerable en poco tiempo, y al cabo de algunas décadas se transforman en árboles gigantescos “lo cual suele acarrear numerosos problemas”, varias especies de eucaliptos han sido introducidas con fines forestales, cortinas rompevientos u ornamentales. Entre los principales defectos señalan los siguientes: crecimiento excesivo en altura, caída espontánea de ramas, caída de pedazos de corteza, raíces de crecimiento excesivo. Simultáneamente, se cuentan entre las especies más peligrosas, conflictivas y de manejo más costoso cuando alcanzan gran tamaño.

El ingeniero Francisco Toro, profesor de la cátedra de Silvicultura de la Facultad de Agronomía y Zootecnia de la UNT, agrega que desde Australia se introduce el eucalipto a diferentes países del mundo para proveerlos de madera (“es una madera dura”), ya que tiene un crecimiento rápido; y que por ello, no son pensados para que vivan muchos años. “Todos los eucaliptos son muy pesados: tienen gran reservorio de agua en su estructura, y eso hace que tampoco sea conveniente dejarlos en la vía pública. Y como no son autóctonos, son árboles que en su forma no se encuentran adaptados a nuestras condiciones climáticas, con ráfagas de viento eventuales. Entonces, esos árboles no desarrollan una estructura fuerte contra el viento, como sí sucede en el sur de nuestro país. Y cuando sobreviven a esos fuertes vientos, ocurren fallas en sus estructuras que se manifiestan tiempo después”, describe le especialista.

Por otra parte, basado en su experiencia, Toro opina que el eucalipto que se derribó en Solano Vera al 1.000 probablemente sea de los primeros que llegaron a esa zona, y que en esa época allí todo era campo. “En mi modesta opinión, cuando ese árbol llegó a la Solano Vera, por esa antigua traza pasaban sólo carros. Ahora prácticamente es una autopista, y eso produce un fenómeno físico que son las vibraciones, como mini temblores, que generan debilitamiento de las raíces, y al ser un especimen viejo ya tiene sus raíces debilitadas. A eso se le suman las obras que hicieron alrededor (zanjas, desagües, veredas), que han ido podando ese sistema radicular, esa raíz, y lo han convertido en un individuo propenso a que cuando nadie lo espere se caiga. No hace falta que haya un vendaval para que suceda”, describe Toro.

El docente e ingeniero agrónomo resalta que es bueno que se entienda que esos árboles no pueden estar en la vía pública cuando ya tienen una edad avanzada, y que los vecinos no deberían alarmarse cuando las autoridades decidan sacarlos (“aunque deberían poner un reemplazo”), ya que se trata de una cuestión de seguridad y no de daño ambiental. “Hay árboles diseñados para convivir con el hombre en ciudades y árboles que no”, subrayó.

Toro menciona que esos árboles de gran envergadura son difíciles de extraer (“hay que ir cortándolos de a pedacitos”). Removerlos es un procedimiento caro, ya que se requiere el uso de cadenas, movimiento de piolas, uso de escaleras, camiones y palas cargadoras. Y que luego de que se extrae el tronco hay que sacar las raíces, que seguramente están enredadas en cañerías o enterradas a mucha profundidad, describió.

No alarmar  

Ana Levy, encargada del Jardín Botánico de la Fundación Miguel Lillo, indicó que los eucaliptos son árboles para áreas de cultivos forestales, parques o plazas, pero no para el arbolado público y mucho menos para casas o escuelas.

“Evidentemente, hay que hacer evaluación de los árboles que pueden ser un riesgo, y posteriormente habría que sacarlos”, añadió Levy; pero a su vez resaltó que no hay que entrar en pánico y sacar todos los árboles, lo que ocasionaría otro problema ambiental

“Si nos llevamos por el criterio del pánico, tampoco deberíamos andar en auto, porque ocurren accidentes todos los días. Hay que tener ciertos cuidados para prevenir accidentes, como no estacionar debajo de un árbol gigante cuando hay tormentas o vientos muy fuertes y al plantar una especie hay que pensar cómo será el árbol en los próximos 100 años”, agregó la especialista .

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