Covid-19: la vacuna vegetal que se prueba en Córdoba es “sumamente segura”

Los datos preliminares del estudio internacional revelan que la vacuna canadiense “es extremadamente inmunogénica” y se espera que obtenga autorización antes de fin de año. En la provincia continúa la convocatoria para voluntarios.

CÓRDOBA 20 de agosto de 2021
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Hasta el momento, la provincia sumó 700 voluntarios pero continúa la convocatoria para avanzar en el porcentaje de población que se requiere en la fase 3. Es por ello que se continúa reclutando a ciudadanos, no vacunados aún, que quieran colaborar con este proceso científico necesario.

“Nos va bien, podemos ver que es una vacuna muy segura, sumamente segura”, dice con entusiasmo el virólogo Fernando Riera, el médico que dirige en Córdoba, desde el Sanatorio Allende, el ensayo clínico internacional de la vacuna contra el Sars-Cov-2, la primera en el mundo de origen vegetal desarrollada desde el inicio de la pandemia. “No sabemos aún la capacidad precisa de anticuerpos, porque es un resultado posterior, el punto final del fase 3, pero lo que sí se sabe, es que genera muchos anticuerpos: es extremadamente inmunogénica”, agrega.

El estudio de fase 3, que se realiza en Canadá, países europeos y de Latinoamérica, inició en Argentina en junio pasado y Córdoba convocó a voluntarios para participar de la prueba que requiere una aplicación de dos dosis con una diferencia de 21 días, la inoculación puede ser un placebo o la vacuna propiamente dicha. El desarrollo es impulsado por la empresa biofarmacéutica canadiense Medicago, junto al laboratorio británico GlaxoSmithKline, cuyo adyuvante (un compuesto complejo heterogéneo), se utiliza para potenciar la respuesta inmunológica en los organismos. Esta metodología ya se había utilizado para gripe y ébola pero nunca contra coronavirus.

En cuanto al método de esta vacuna, el virólogo puntualiza que “es novedoso”, como también lo fue el de Moderna y Pfizer que son métodos que surgieron el año pasado y “son excelentes vacunas, fáciles de hacer”. Explica que tanto AstraZeneca como Sputnik V, también “son buenos y seguros” pero son métodos más tradicionales: “Es como la tecnología de la vacuna de la gripe común que se basa en un embrión de huevos y para producirlas también hay que tener en cuenta la temporada del año y también cambios cuando varía la cepa. “Ahora se está produciendo para cepa del Hemisferio Norte según lo que circula”, explica Riera y agrega que la vacuna de Medicago, al utilizar plantas, tiene mayor plasticidad, y es “más fácil de cambiar” si hubiera mutaciones más graves, o fundamentales, ya que la vacuna canadiense  utiliza plantas de Nicotiana benthamiana, que es el hospedador experimental más usado en virología vegetal, principalmente por la gran cantidad de virus que pueden infectarlo con éxito.

Al ser de origen vegetal, la planta es capaz de sintetizar una partícula similar al virus que no produce ni infección ni tampoco se transmite entre las personas y sí produce muchos anticuerpos cuando se inyecta en forma de vacuna. Entre los antecedentes más importantes de seguridad y eficacia, esta plataforma que es una nueva forma de fabricar, es haber estado para ébola y para vacuna de H1N1 con muy buenos resultados cuando fue la epidemia porque es una vacuna que se produce relativamente fácil, en poco tiempo y no tiene problemas de distribución. Llega rápido a cualquier lugar con una cadena de frío, en la heladera común, no un freezer de menos 70 grados que en muchos lugares no hay. Por lo tanto, demanda mucha menos estructura.

FUENTE: LA NUEVA MAÑANA

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