Jabuticaba : la fruta que hizo suicidar un prestamista en San Francisco

INVESTIGACIÓN DE FMR90.7 : La increíble historia que se esconde detrás de la muerte de un conocido usurero.

LOCALES 02 de enero de 2020 Pérez Darío Eduardo Pérez Darío Eduardo
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Jabuticaba

 Leopoldo se dedicaba a la usura en San Francisco, era muy ambicioso hasta decir ya basta. Prestaba dinero con altos intereses y pedía como garantías prendas o tierras que superaban en miles al valor prestado. De esa forma se hizo de una gran fortuna; ya que si no le pagaban procedía a quitarles sus prendas, joyas, casas, terrenos o fincas. Inspirada  en Las historias de  la  abuela

Casi todas las personas de San Francisco  estaban endeudados con  Leopoldo. La casa quinta  en donde vivía se la había quitado a un pobre pobre industrial, fundido con la crisis,  que no pudo pagarle a tiempo.  Leopoldo le quitaba a cualquiera sus pertenencias, si éste no le pagaba el dinero junto con los intereses en la fecha pactada.

En la ciudad  había una persona que jamás le había pedido dinero prestado a  Leopoldo. Era su vecino  Fernando. Esto tenía bien intrigado al usurero, que estaba dispuesto a ser todo lo posible para lograr que su compadre se convirtiera en uno de sus deudores. La quinta  de Fernando era muy grande y hermosa, y como eran vecinos con  Leopoldo, éste soñaba con agrandar la suya convirtiendo los dos terrenos en una sola finca.

Un día, de repente Leopoldo llegó a la casa de  Fernando, y éste último le dijo:

– Buenas tardes amigo… A que le debo el honor de su visita?.

– Hola compadre… – le dijo n Leopoldo– vengo a que hagamos una apuesta. Es muy sencillo… es un simple juego…. Yo sembraré una semilla en mi finca. Si usted logra adivinar qué es lo que he sembrado, por supuesto antes de que dé frutos, entonces toda mi cosecha será suya. Pero si no logra adivinar, la cosecha de su quinta será mía. Y para que vea que no se trata de una trampa, le daré tres oportunidades para que pueda adivinar.

 Fernando lo pensó muy bien antes de aceptar la apuesta. La verdad es que él era un experto en temas de agricultura  y cosechas, y estaba seguro que podría adivinar qué clase de semilla había sembrado Leopoldo.

-Está bien compadre… – dijo  Fernando – Acepto el trato…

 Leopoldo no pudo esconder su cara de alegría… Esperaba con ansias que  Fernando perdiera la apuesta. Si su compadre perdía su cosecha, estaría obligado a pedirle dinero prestado, así lograría cumplir su sueño de adueñarse de su finca de una vez por todas.

Entonces Leopoldo mandó a traer semillas a otro país. Así estaba seguro de sembrar una planta que Fernando no conociera.

Pero .Fernando no se quedó atrás. También mandó a traer libros de botánica, en donde pudiese conocer plantas que no se cultivaban en su país; y se puso a estudiar de inmediato. Poco a poco  fue conociendo gran variedad plantas que nunca había visto en su vida.

A los pocos días de sembrada aquella extraña semilla, empezó a brotar una extraña planta. n Fernando se dio cuenta que no la conocía.  Esta vez se metió en internet y consultó una y otra vez en muchos sitios y nada. Se fue a donde todos los vecinos y ninguno la conocía en ese lugar;  y nadie le daba señales de qué podría ser.

Y para empeorar la situación,  Leopoldo  pasaba todos los días por su casa con una cara de triunfo,  y esto ponía nervioso a  Fernando

 Un día,  Fernando amaneció con una idea.

Cuando  Leopoldo daba su acostumbrado paseo frente a la casa de  Fernando, éste le dijo:

-Oiga …, tenga cuidado con su sembradío. Anoche que pasaba por ahí, vi un extraño animal en su siembra.

La acostumbrada cara de felicidad y triunfo de  Leopoldo desapareció enseguida. Esa misma noche se propuso a velar su siembra desde el ocaso hasta el amanecer.

Entonces, ya entrada la noche,  Fernando se untó todo el cuerpo de miel y se revolcó en un poco de plumas de gallina. Su aspecto era tal, que no podía distinguirse si era un pájaro raro o un alienígena.

Luego llegó al campo del usurero, se agachó y empezó a caminar a gatas entre las plantas. A veces daba unos ronquidos como de bestia, y por último se puso a arrancar plantitas.

La noche era muy oscura y  Leopoldo estaba temblando de miedo. Jamás se hubiese imaginado que existiera un monstruo de ese tamaño. Luego empezó a sentirse mal, sacó fuerzas desde el fondo y gritó:

-¡Fuera  bestia de aquí…. Estas destruyendo las plantas… de Jabuticaba  Deja en paz mi …!

El monstruo desapareció como por arte de magia.

Cuando llegó el día en que don Fernando tenía que adivinar, don Leopoldo no pudo esperar más, se puso un traje muy elegante, y partió hacia la casa de su compadre.

– Buenos días compadre… Perdón por madrugar tanto, pero debe usted saber qué me trae por aquí…? – dijo  Leopoldo.

-Por supuesto, compadre – contestó Fernando.

-Entonces empecemos –dijo Leopoldo – si a la tercera vez usted no adivina, toda su cosecha será mía. Así es que por favor acierte…

¿Qué es lo que tengo sembrado en mi terreno?

-Mora –contestó don Fernando.

-No… No es Mora…

-Arándanos  – dijo por segunda vez…

-No… No son arándanos  – dijo Leopoldo saltando ya de alegría.

-Esta es su última oportunidad, compadre, – dijo Leopoldo con ansias de arrebatarle su cosecha –  ¿qué es lo que hay sembrado en mi parcela?

Jabuticaba---Jabuticaba–contestó Fernando.

Leopoldo no lo podía creer, acaba de perder la quinta con su mansión…. Se enfureció tanto que parecía una fiera y luego de encerrarse en su mansión....se suicidó.

¿Qué es la jabuticaba ?  https://www.youtube.com/watch?v=GqcYAr5jpf0

*Una adaptación de los cuentos de la abuela

*Los nombres de los personajes son ficticios, cualquier semejanza con la personas reales es casualidad.

*El nombre de la ciudad no es ficticio
 

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