Vandalismo: ¿ Que pasa por la cabeza de los destruyeron los cestos en barrio Catedral?

El domingo por la mañana varios cestos de basura amanecieron arrancados y tirados a distancia. Un relato identifica a un grupo de jóvenes, ¿Por qué lo hacen ?

LOCALES18 de noviembre de 2019Pérez Darío EduardoPérez Darío Eduardo
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Unos de los cestos arrancados y tirados frente la Radio .

El domingo por  la mañana varios  cestos amanecieron  arrancados  y tirados a varios metros  de distancia, uno de ellos en la vereda de  FMR90.7. Un señor  que  recoge  botellas  para reciclar  dijo  a la  radio "  que eran un grupo  de  muchachos  parecían hacer un  desfile  con los basureros" ¿Qué  pasa  por  la cabeza  de  estos  insociales  destructivos?. La  psicóloga  Verónica  Villalba,  nos  ayuda  a entender  ese  comportamiento:

Qué es el vandalismo?
Con vandalismo nos referimos al hecho de llevar a cabo conductas destructivas, sin respetar las propiedades ajenas. A veces esto ocurre con el objetivo de expresar una queja a los ciudadanos, es decir, con la intención de transmitir la insatisfacción que sienten hacia la sociedad. Otras veces sin intención alguna, lo hacen por el simple hecho de encontrarse disgustados con ellos mismos. Por último, en otras ocasiones los individuos que habitan en un distrito o barrio en los que son frecuentes las actividades delictivas, realizan este tipo de acciones sin llegar a plantearse las consecuencias que sus hechos puedan ocasionar.

 

¿Cómo se manifiesta?
La delincuencia, normalmente se manifiesta en un escenario público, mediante daños y destrucción de monumentos, contenedores de basura, coches, fachadas de portales o locales, realización de graffitis, etc. Habitualmente, los actos vandálicos suelen realizarse en grupo, en el cual los integrantes del mismo suelen compartir un gran descontento por la ciudad en la que viven, por las leyes o el reglamento que se intenta implantar, por la insatisfacción que sienten con ellos mismos, o incluso pueden desempeñar actos delictivos como forma de celebración de un evento (por ejemplo, cuando gana un equipo de fútbol). Con lo cual, desarrollan un estilo de vida fuera de las normas sociales.

Características
¿Qué características reúnen las personas que realizan actos vandálicos?
Los delincuentes suelen compartir ciertas características en el estilo de conducta, como absentismo escolar o bien la obtención de malas calificaciones, hurtos domésticos o en lugares públicos, mención de mentiras, no cuidan la forma de vestir e incluso en ocasiones llegan a descuidar la higiene personal. En general, son personas que presentan malos hábitos en el comportamiento, no disponen de empleo, están ausentes de responsabilidades, no siguen un horario en el día a día, lo que se denomina una vida desorganizada.

Existen varios factores predisponentes (factores de personalidad) comunes que influyen para que la persona pueda desarrollar este problema, como la baja socialización, son personas con pocas amistades profundas, las relaciones afectivas que presentan son más bien superficiales, no son personas expresivas o extravertidas. Suelen ser personas con una pobre sensación de cargo de conciencia, por ello delegan la responsabilidad hacia otros y además justifican mediante excusas las conductas desafiantes que han cometido.

Personas
¿Puede una persona convertirse en un vándalo?
Existen una serie de factores biológicos, psicológicos, familiares y sociales que influyen para que una persona pueda desarrollar comportamientos vandálicos.

¿Qué puede influir a nivel biológico?
Las hormonas juegan un papel muy importante en la regulación de la conducta agresiva impulsiva. Se dice que niveles altos de andrógenos como la testosterona en hombres o bien niveles bajos de progesterona como el estrógeno en mujeres podrían conllevar a un aumento de la irritabilidad.

Respecto a los neurotransmisores, hay una amplia gama de estudios que han asociado niveles elevados de serotonina al comportamiento antisocial (Coccaro, 1989; Pedersen, Oreland, Reynolds y McClearn, 1993; Sanmartín, 2004; Spoont, 1992; Van Praag, 1991). También se ha encontrado que la acetilcolina, la noradrenalina y la dopamina están involucrados en el comportamientos agresivo.

Por último, hay anormalidades neurofisiológicas que se han asociado al aumento de la delincuencia. En este sentido, cobran importancia las anormalidades en el lóbulo frontal, ya sean estructurales o funcionales, con la aparición de conductas antisociales. (Bauer, 2000; Chang, 1999; Miller, 1998; Raine, 2002b). Estos estudios surgen a raíz de las investigaciones que relacionan la psicopatía con el lóbulo frontal.

Factores
¿Qué factores influyen desde el punto de vista de la psicología?
Desde la psicología la violencia en ocasiones se relaciona con un trastorno mental de personalidad, como ocurre en el trastorno antisocial de la personalidad, que en el sector juvenil o adolescente se traduce al trastorno de conducta disocial.

Este trastorno surge en la preadolescencia y se caracteriza por la realización de conductas problema porque infrigen todas las normas implantadas, ya sea por la familia, los compañeros, el colegio o la sociedad. El individuo opera bajo los efectos del acaloro emocional del momento, sin tener en cuenta las consecuencias provocadas por sus actos.

Esta psicopatología es más común en hombres que en mujeres. Los adolescentes que lo padecen, por la actitud que manifiestan al no proponerse objetivos a medio-largo plazo en la vida y la falta de motivación que muestran de cara a la obtención o conservación de un empleo, suelen ubicarse en un estatus socio-económico lógicamente bajo.

¿De qué manera influye el entorno familiar?
La familia ejerce una influencia muy potente en el niño durante todo el proceso de crecimiento. Según determinados estudios psicológicos los niños que han experimentado malos tratos (ya sean de tipo físico o psicológico), los jóvenes que no reciben afecto por parte de sus familiares, o bien los niños poco atendidos, tendrán más probabilidades de desarrollar conductas disruptivas futuras.

Por otro lado, el tener como modelo a familiares directos que sean violentos, hace que el niño aprenda que la violencia es una forma de expresión que se manifiesta cuando determinadas emociones (rabia, ira, frustración, alegría, etc.) surgen en nuestro interior y lo asuma como un estilo más de comportamiento del ser humano.

¿Qué factores sociales pueden repercutir?
Uno de los aspectos a tener en cuenta, es el fenómeno del modelado o el aprendizaje vicario, que es el aprendizaje que se realiza por imitación a un grupo o individuo. Un niño acaba actuando como lo hace su grupo de referencia, sus familiares, iguales o vecinos. Existen barrios donde los integrantes del mismo están habituados a chillar, pelar, insultar, robar, etc. lo que se refiere a la infracción de los derechos de los demás. Por tanto, se podría establecer una relación entre el vandalismo y los distritos donde resulta habitual encontrarse con una educación infantil dotada de este tipo de valores.

Por otro lado, el consumo de alcohol y de sustancias estupefacientes se encuentra muy asociado a los individuos que comenten actos vandálicos. Hay que tener en cuenta que estamos refiriéndonos a personas que pasan mucho tiempo en la calle, fuera de sus casas y sin responsabilidades de ningún tipo que les limiten la ingesta de dichos elementos nocivos para la salud. Los efectos que causan las drogas en una persona de las características anteriormente mencionadas pueden agravar el grado de gamberrismo de sus actos.

Como se ha comentado en el apartado de los factores de personalidad, los vándalos suelen pertenecer a una clase social baja. Las restricciones que sufren los individuos pertenecientes a este estrato social generan en los delincuentes una sensación de incomprensión y frustración que les lleva a llamar la atención mediante acciones violentas.

 
Stouthamer-Loeber et al. (1993) apuntan que cuando la pobreza del barrio es extrema, el riesgo de que se produzca violencia urbana es muy alto. De la misma forma, algunos autores ponen en evidencia que los barrios más desfavorecidos están asociados a una mayor presencia de sucesos vitales estresantes y, a su vez, a una mayor presencia de conductas agresivas en los jóvenes. Attar, Guerra y Tolan (1994), confirman esto en sus investigaciones.

Simcha-Fagan y Schwartz (1986), se centraron en el estudio de los efectos contextuales del barrio en la delincuencia y encontraron que el nivel económico de la comunidad, la subcultura de criminalidad y la desorganización comunitaria, se relacionaban significativamente con la delincuencia registrada oficialmente.

 

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