¿Puede convertirse una práctica cultural en un delito? Menores obligadas a casarse siendo adolescentes y ser compradas en la comunidad gitana

150 mil mujeres viven en las comunidades gitanas argentinas

EL PAIS15/11/2025Pérez Darío EduardoPérez Darío Eduardo
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En la comunidad gitana, la compra de la novia es la práctica más habitual para concretar un matrimonio. No importa que la mujer sea menor de edad. Lo único que se tiene en cuenta es el consentimiento de sus padres y que se cumpla con lo “apalabrado” ante la familia que pagará la dote. El elemento más importante de una boda zíngara es la prueba de la virginidad de la novia, por lo que sus familiares tienen la obligación de vigilar su conducta para asegurarse de que llegue virgen al altar.En el jucio por el femicidio de Lucía Montaña  quedó plasmada una historia muy triste, la joven "fue casada" con un hombre mayor, años más tarde comprada por su victimario.

 Durante la década del 90, una gitana “tenía un costo” de entre 20 y 25 monedas de oro, lo que sería un poco más de 20 mil dólares. Pero hoy, esos valores distan mucho de aquella realidad y se acomodan a la realdiad del país.

 

lucia montañaFemicidio de Lucía: las mujeres de su vida relataron el calvario que vivía



La peor vergüenza que pueden experimentar los gitanos es que sus hijas se enamoren de un “criollo” y no respeten la tradición. Quedarían denigradas dentro de la comunidad y sus familias no podrían recibir la tan ansiada compensación económica a cambio de un casamiento forzado.

 De acuerdo al último Censo Nacional, en la Argentina existen unos 300 mil gitanos que siguen a rajatabla esas costumbres y son muy pocas las jóvenes que se animan a denunciar esta trata de personas encubierta.

El artículo 145 bis del Código Penal sanciona a quien ofrece, capta, traslada, recibe o acoge una persona con la finalidad de explotarla, y bajo esos delitos se encuadran los matrimonios forzosos o las uniones de hecho coactivas.


Por eso, la historia de Lucía  puede convertirse en caso testigo para poner fin a los posibles delitos cometidos bajo la cobertura del mandato cultural que las mujeres gitanas están obligadas a cumplir.

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