
Claves para regar las plantas en verano y no desperdiciar el riego
Regar en demasía es tan dañino como la falta de agua.
La mayoría tira las hojas de la remolacha , pero se pueden aprovechar.
Historias San Francisco04/06/2024LA CRISIS NOS OBLIGA A UTILIZAR EN LA COCINA LO QUE MUCHAS VECES TIRAMOS A LA BASURA. UN CASO SON LOS TALLOS Y HOJAS DE REMOLACHA. EL MÉTODO WIKI NOS AYUDA PARA APROVECHARLAS EN LA PREPARACIÓN DE COMIDAS.
1
Corta los tallos (opcional). Los tallos son comestibles, pero no a todos les gusta su sabor amargo. Si no estás dispuesto a probarlos, corta los tallos justo por debajo de las hojas. También puedes quitar la base del tallo grueso desde las hojas más grandes, cortándolas en un patrón de V.[1]Al igual que todas las verduras de hoja, estas reducirán mucho su volumen al momento de saltearlas. Puedes cocinar un montículo grande a la vez, siempre y cuando entre en tu sartén.
2
Enrolla las hojas y pícalas. Amontónalas y enróllalas hasta formar un cilindro. Córtalas en dados, aproximadamente en intervalos de 1,2 a 2,5 cm (1/2 a 1 pulgada).[2]Si usas los tallos, pícalos en trozos de tamaño similar.
3
Lava las hojas de remolacha. Puedes usar un centrifugador de verduras o sumergirlas en un bol con agua y frotar la suciedad visible. Déjalas un par de segundos para que la arenilla se asiente en el fondo. Sácales las hojas y repite el proceso si es necesario, hasta que el agua salga clara. Traslada las hojas a otro bol, dejándolas húmedas.Si usas los tallos, lávalos en un bol separado.1
Corta los tallos (opcional). Los tallos son comestibles, pero no a todos les gusta su sabor amargo. Si no estás dispuesto a probarlos, corta los tallos justo por debajo de las hojas. También puedes quitar la base del tallo grueso desde las hojas más grandes, cortándolas en un patrón de V.[1]Al igual que todas las verduras de hoja, estas reducirán mucho su volumen al momento de saltearlas. Puedes cocinar un montículo grande a la vez, siempre y cuando entre en tu sartén.
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Enrolla las hojas y pícalas. Amontónalas y enróllalas hasta formar un cilindro. Córtalas en dados, aproximadamente en intervalos de 1,2 a 2,5 cm (1/2 a 1 pulgada).[2]Si usas los tallos, pícalos en trozos de tamaño similar.
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Lava las hojas de remolacha. Puedes usar un centrifugador de verduras o sumergirlas en un bol con agua y frotar la suciedad visible. Déjalas un par de segundos para que la arenilla se asiente en el fondo. Sácales las hojas y repite el proceso si es necesario, hasta que el agua salga clara. Traslada las hojas a otro bol, dejándolas húmedas.Si usas los tallos, lávalos en un bol separado.
4
Blanquea las hojas de remolacha (opcional). Esto conservará su color verde y brillante, pero las hojas de remolacha se cocinarán bien sin dicho proceso. Esta es la forma de llevarlo a cabo:Prepara un baño de hielo: un bol de agua fría y hielo.
Sumerge las hojas de remolacha en agua hirviendo durante 1 minuto.
Retíralas con pinzas o pásalas por un colador. Colócalas en el baño de hielo hasta que enfríen.
Escúrrelas en un colador.
5
Calienta aceite de oliva en una sartén. Añade suficiente aceite de oliva extra virgen para cubrir la base de tu sartén, más o menos 1 a 2 cucharadas. Caliéntalo a fuego medio hasta que el aceite brille o hasta que una gota de agua chisporrotee al momento de dejarla caer en el aceite.
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Cocina los tallos durante 4 minutos (opcional). Si usas los tallos de remolacha picados, añádelos primero a la sartén. Saltéalos durante 4 minutos o hasta que estén ligeramente suaves.
7
Cocina el ajo durante 1 minuto. Corta en dados dos dientes de ajo y agrégalos a la sartén. Cocínalos durante 1 minuto o hasta que se pongan translúcidos.De manera opcional, añade un chalote cortado en dados y ¼ de cucharadita de hojuelas de chile rojo.
8
Cocina las hojas y cúbrelas hasta que se marchiten. Agrega las hojas picadas a la sartén sin revolverlas. Cúbrelas y deja que se marchiten hasta disminuir considerablemente su volumen, cerca de 1 a 3 minutos.El agua del enjuague debe ser suficiente para cocer al vapor las hojas ligeramente. Si las hojas no empiezan a reducirse dentro de 30 a 60 segundos o si el ajo comienza a ponerse de color marrón, agrega un par de cucharadas de agua adicionales.
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Sírvelas o cocínalas con sabores ácidos. El vinagre o el jugo de limón cortan el sabor amargo de las hojas de remolacha. Exprime las rodajas de un limón sobre las hojas o retíralas del calor y salpícales por encima tu vinagre favorito.Para obtener un sabor ácido más intenso, añade 1 a 2 cucharadas de vinagre a la sartén junto con el jugo de 1 naranja. Cocina durante 2 o 3 minutos más o hasta que el líquido haya hervido. Sírvelas con cáscara de naranja por encima.[3]
Las hojas de remolacha ya son ricas en sodio, pero puedes agregar una pizca de sal y pimienta si crees que el plato necesita más sabor.[4]1
Corta los tallos (opcional). Los tallos son comestibles, pero no a todos les gusta su sabor amargo. Si no estás dispuesto a probarlos, corta los tallos justo por debajo de las hojas. También puedes quitar la base del tallo grueso desde las hojas más grandes, cortándolas en un patrón de V.[1]Al igual que todas las verduras de hoja, estas reducirán mucho su volumen al momento de saltearlas. Puedes cocinar un montículo grande a la vez, siempre y cuando entre en tu sartén.
de hojas de remolacha
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