Las razones por las que los Pitukitos odiaban a San Martín

Mario Zavala revela las medidas económicas y sociales que tomó San Martín, por las cuales la oligarquía de la época no lo quería¿Hoy sería un populista?

SECCIONES - OPINIÓN 12 de agosto de 2023 Pérez Darío Eduardo Pérez Darío Eduardo
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Que San Martín tenía un caballo blanco lo sabemos todos, que cruzó los Andes, creería que también. Para qué los cruzó, ya dudo que todos lo sepan. Fue Gobernador de Cuyo. Y fue un Gobernador que hoy llamarían “populista”. Seguro que  eso no te lo contará la historia de Billiken que nos enseñaron. Vivió  enfrentado  a  al poder  de  la  ciudad  de Buenos Aires,  hoy  rebautizados  por el gobernador electo  Martín Llaryora   como" Pitukitos ", enemigos  de  medidas  que favorecieron  a la  provincias de aquella  época  muy  lejanos  al  Gran Puerto.

San Martín fundó escuelas y bibliotecas, porque la educación popular era una prioridad para cambiar las cosas en serio. Así lo expresaba en esta notable circular dirigida a los preceptores de las escuelas públicas cuyanas, firmada el 17 de octubre de 1815:
“La educación forma el espíritu de hombres. La naturaleza misma, el genio, la índole, ceden a la acción fuerte de este admirable resorte de la sociedad. A ella han debido siempre las naciones la varia alternativa de su política. La libertad, ídolo de los pueblos libres, es aún despreciada de los siervos porque no la conocen. Nosotros palpamos con dolor esta verdad. La independencia americana habría sido obra de momentos, si la infame educación española no hubiera enervado en la mayor parte nuestro genio. Pero aún hay tiempo. Los pobladores del nuevo mundo son susceptibles de las mejores luces. El destino de preceptor de primeras letras que Ud. ocupa le obliga íntimamente a ministrar estas ideas a sus alumnos. Recuerde Ud. que esos tiernos renuevos dirigidos por mano maestra formarán algún día una nación culta, libre y gloriosa. El gobierno le impone el mayor esmero y vigilancia en inspirarles al patriotismo, y virtudes cívicas, haciéndoles entender en lo posible que ya no pertenecen al suelo de una colonia miserable, sino a un pueblo liberal y virtuoso.”

Su plan de estudios estaba basado en el del Instituto Nacional de Francia, y en una primera etapa incluía materias como filosofía, física, matemáticas, historia, geografía, dibujo, nociones de derecho. Tiempo después se incorporaron las matemáticas superiores, la arquitectura civil, militar e hidráulica. El colegio no incluía en su programa la teología como materia especial.

También prohibió aplicar castigos corporales a los alumnos de las escuelas y debatió con el Cabildo de Mendoza, que insistía a pedido de algunos “maestros” en su aplicación, a pesar de que la Asamblea del Año XIII los había prohibido. Los cabildantes le enviaron a San Martín el siguiente oficio en el que le decían que los alumnos “se hallan en el caso de absoluta incorrección y desenfreno, por lo que parece al Cabildo muy conveniente que V.S. permita la pena de azotes.”

El gobernador San Martín no se anduvo con vueltas y les contestó con toda su ironía y genialidad a los cultores de “la letra con sangre entra”: “Siendo el trasero una parte corporal y a los ojos modesto muy mal quista, donde se pretende castigar, cuando no puede ser oída, ni puede ser vista, declaro no ha lugar. Sólo se concede al suplicante dar doce azotes a lo sumo en la palma de la mano con el guante.”

San Martín tenía muy claro que el Estado debía atender a la salud de la población. El 17 de diciembre de 1814, cuando el peligro de un ataque realista desde Chile era inminente, se tomó el tiempo para firmar un bando que establecía la vacunación obligatoria contra la viruela.Por el mismo bando se creaba una junta sanitaria compuesta por facultativos y se les ordenaba a los sacerdotes actuar como enfermeros. Al año siguiente, creó juntas para inspeccionar los hospitales cuyanos, que además de las condiciones de atención debían fiscalizar el uso de los fondos.

Ese ideario también alcanzaba al sistema carcelario. Dictó un reglamento sobre orden, higiene y visitas y dispuso la construcción de un nuevo establecimiento. San Martín, que como todos los jefes militares de entonces no dudaba en aplicar duros castigos a desertores y enemigos de la revolución, lejos estaba de compartir los criterios de los partidarios de la “mano dura”. En los considerandos del reglamento, del 23 de marzo de 1816, decía: “Me ha conmovido la noticia que acabo de oír de que a los infelices encarcelados no se les suministra sino una comida cada veinticuatro horas. Escribo al director del penal para que penetrado de iguales sentimientos propios de su conmiseración, se sirva disponer que se les proporcio­ne cena a horas que no altere el régimen de la cárcel. Aquel escaso alimento no puede conservar a unos hombres, que no dejan de serlo por considerarles delincuentes. Mu­chos de ellos sufren un arresto precautorio solo en clase de reos presuntos. Las cárceles no son un castigo, sino el depósito que asegura al que deba recibirlo. Y ya que las nuestras, por la estúpida educación española, están muy lejos de equipararse a la policía admirable que brilla en las de los países cultos, hagamos lo posible por llegar a imitarlas. Conozca el mundo que el genio americano abjura con horror las crueles actitudes de sus antiguos opresores y que el nuevo aire de libertad que empieza a respirarse ex­tiende un benigno influjo a todas las clases del Estado.”

Entre la extraordinaria y extensa obra de gobierno de San Martín en Cuyo cabe destacar los siguientes puntos:
1) Expropió las propiedades de los españoles prófugos, declaró de propiedad pública las propiedades de los españoles muertos sin testar.

2) Gravó con un peso cada barril de vino y con dos, los de agua ardiente que se vendieran fuera del territorio.

3) Estableció un laboratorio de salitre y una fábrica de pólvora y un taller de confección de paños para vestir a sus soldados.

4) Creó canales, desagües, caminos y postas existentes y mejoró los ya existentes.

5) Construyó el bello paseo de la Alameda y embelleció la ciudad de Mendoza.

6) Impulsó planes de fomento agrícola, que incluyeron la venta de tierras públicas que hasta entonces no eran cultivadas, en la zona de Barriales (actual General San Martín), en la provincia de Mendoza, y en Pocito, provincia de San Juan.

7) En Barriales, además de propiciar la colonización de un pueblo, se construyó un canal de riego siguiendo la notable tradición de los habitantes originarios de la región, los huarpes.

8) Fundó de la mano de fray Luis Beltrán la metalurgia a nivel nacional, indispensable para fabricar las armas del ejército. La fragua y los talleres montados en Mendoza fueron, en su tiempo, el mayor establecimiento industrial con que contó el actual territorio argentino: unos 700 operarios trabajaban en ellos.

9) Organizó y reglamentó el servicio de correos y de policía; empleó a los desocupados en el blanqueo de las casas y en el cuidado de la ciudad.

10) Dictó la primera ley protectora a nivel nacional de los derechos del peón rural, obligando a los patrones a certificar por escrito el pago en tiempo y forma de su salario.

11) Fomentó la salud y la educación para todos.

12) Reglamentó el sistema carcelario.

13) Prohibió los castigos corporales que se aplicaban a los niños en las escuelas.

14) Promovió la primera ley de protección a un producto nacional, el vino cuyano.

San Martín puede ser considerado uno de los primeros gobernadores populistas, no estaba TN, Majul ni Canal 13 o Feinman, pero estaban sus predecesores, que desde los diarios Mitristas y Rivadavianos, no cesaban de provocarlo.

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