UCA: la pobreza subió al 44,2% por la pandemia y no fue mayor por la AHU, IFE y tarjeta alimentar

47,4% de hogares y alrededor de 55,5% de personas recibió alguna de estas asistencias sociales en 2020, porcentajes que reflejan un crecimiento significativo entre 2019 y 2020.

EL PAIS04 de diciembre de 2020
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El 34,9% de los hogares y el 44,2% de las personas se encuentran por debajo de la línea de la pobreza al cierre del tercer trimestre del año, por encima del 32,1% y 40,8% registrado en igual período de 2019, en un contexto en el que resultó determinante la pandemia de coronavirus y en la que los números hubiesen sido mayores si el Estado no implementaba medidas de ayudas para enfrentar la situación, según un informe del Observatorio Social de la Universidad Católica Argentina (UCA).

"El nuevo escenario paralizó aún más la inversión, los consumos y la demanda de empleo en la economía formal, a la vez que frenó toda expectativa de reactivación, afectando especialmente a la pequeña y mediana empresa, profundizando la relación entre informalidad económica, pobreza y exclusión social", agregó la casa de Altos Estudios.

Según los datos de la Encuesta de la Deuda Social Argentina (EDSA), entre julio y octubre 34,9% de los hogares y 44,2% de las personas se encontraban bajo la línea de la pobreza, y 7,3% de los hogares y 10,1% de las personas eran indigentes, los porcentajes más altos de la década.

Al respecto, el director del Observatorio Social de la UCA, Agustín Salvia, dijo que "sin la AUH, el IFE, la Tarjeta Alimentar y el resto de los subsidios, la indigencia hubiera sido el doble y la pobreza hubiese trepado al 53%". Así, precisa, 47,4% de hogares y alrededor de 55,5% de personas recibió alguna de estas asistencias sociales en 2020, porcentajes que reflejan un crecimiento significativo entre 2019 y 2020.

Desocupación: 

Según la UCA, en los dos últimos años se registró un deterioro tanto en relación a la carencia monetaria como a las privaciones no monetarias, con un incremento de la pobreza por ingresos como de los niveles de pobreza "multidimensional": de 37,5% a 41% de la población.

Durante los últimos años de la década, incluyendo el escenario COVID-19, los indicadores sociales muestran un aumento en la pobreza y en las desigualdades estructurales. Las brechas productivas, sociales y laborales no han disminuido sino que incluso parecen agravarse. La situación ha empobrecido aún más a un cada vez más extendido sector micro-informal de subsistencia (economía social) de muy baja productividad, precariedad y concentración urbana.

La crisis actual generó una importante pérdida de empleos, produciendo más desempleo y un mayor desaliento laboral. La situación produjo un nuevo aumento de la pobreza por ingresos, de la pobreza multidimensional y de la pobreza estructural (pobres por ingresos y con 3 o más carencias sociales básicas). Los programas sociales y las asistencias alimentarias directa compensaron una parte este deterioro, pero no resultaron suficientes, ni parecer ser sustentables.

La crisis 2018-2019 y su prolongación durante el ESCENARIO COVID-19 han sido corrosivas para la demanda de empleo en el sector formal, el sector informal y en la economía social. El principal mecanismo de transmisión de este deterioro es la retracción del mercado interno y de las capacidades productivas del sector informal.

Entre 2019 y 2020, en gran parte por el efecto de la pandemia y de la cuarentena, disminuyó la participación de la población en el mercado de trabajo y la cantidad de puestos de trabajo disponibles. La tasa de desocupación se incremento de 10,6% a 14,2%.

La disminución de la actividad comercial y productiva que generó la cuarentena disminuyó la posibilidad de conseguir trabajo y llevo a gran parte de los cesanteados a una situación de desaliento en la búsqueda de empleo. Se estima que de no haberse generado ese efecto desaliento la desocupación se habría incrementado a niveles cercanos al 28,5%

En 2020, el ingreso medio mensual de los trabajadores del sector micro-informal fue un 35% menor que el ingreso del total de ocupados. En ese año el ingreso medio mensual de los trabajadores del sector micro-informal fue de $ 21.475.-, el de los ocupados del sector privado formal de $ 46.101.- y el del sector público de $ 44.854

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