El alcohol no es una excusa para justificar un abuso sexual, NO es NO

Todavía existe una percepción social de la violencia sexual con un sesgo machista y patrialcal.

EL PAIS 29 de septiembre de 2020 Pérez Natalia Pérez Natalia
nota machista

“Habíamos tomado mucho”, “Le di unos tragos para aflojarla”, “Ella quiso tomar algo”, “Me llevé  a una piba que estaba en pedo”. Estas son algunas de las frases que todos alguna vez hemos escuchado cuando se intenta desdibujar los límites del consentimiento sexual, culpar a las víctimas y exculpar a los agresores del delito que han cometido.

En el día de hoy se reprodujo en los portales de información una nota donde informan sobre la elevación a juicio de una causa por abuso sexual donde el Juez del Juzgado de Niñez, Juventud, Violencia Familiar y de Género y Penal Juvenil de San Francisco, Andrés Peretti. El magistrado mantuvo una perspectiva de género al momento de emitir la resolución. No obstante, el título de la nota compartida por el portal de Justicia de Córdoba, y que fue publicada por medios de toda la provincia,  hacía hincapié en que la víctima estaba alcoholizada en el momento del hecho. 

Si bien en los últimos años se han lanzado campañas de información sobre el consentimiento todavía existe una percepción social de la violencia sexual con un sesgo machista y patrialcal que demuestran que todavía algunas de estas creencias siguen vigentes. 

La sociedad condena los abusos sexuales, sin embargo cuando se habla de ciertos comportamientos o actitudes que suponen una agresión sexual, éstos no siempre se identifican como tales. 

Estos “mitos” que son reproducidos casi sin pensar no son otra cosa que prejuicios definidos por la ideología patriarcal, que establece cómo debe ser el comportamiento de las mujeres y de los hombres. Son alimentados por la cultura, los medios de comunicación e incluso a veces, por el sistema judicial; y siembran la duda sobre la víctima. 

La construcción de la heterosexualidad, como sistema de organización del deseo; con sus mitos y creencias, sus roles asignados a cada cuerpo/género y todo un imaginario social que pone la atención en la víctima en lugar de en quien comete la agresión, para que cuando una mujer esté bajo efecto del alcohol, sea susceptible de recibir una agresión sexual.

Esto es lo que se define como “cultura de la violación”,  un entramado de creencias sociales instauradas en la subjetividad de muchas personas que justifican y dan cobertura a las agresiones, y por las cuales un abusador no se siente como tal, no lo identifica, y en el que además las víctimas se sienten culpables responsables de lo sucedido. 

El  foco debe ponerse aquí  en las relaciones heterosexuales acompañadas de consumo de alcohol,consumo de sustancias psicoactivas o mientras estaban inconscientes por este motivo. La clave sigue está en el consentimiento y  la falta de este. 

El Consentimiento

Pensar  que los hombres proponen y las mujeres disponen, implica  reconocer que el refrán condensa una diferencia sexual explícita: los hombres parecen tener el papel activo de "proponer" y las mujeres el pasivo de "disponer. Es el reconocimiento de un principio simbólico: la diferencia sexual.

El consentimiento es una manera de establecer si todas las partes involucradas en la relación sexual lo hacen a gusto, de forma sana y consciente. Es un proceso activo y mutuo de negociación sobre si vamos a tener (o no) relaciones sexuales y cómo vamos a hacerlo. 

Nadie puede dar su consentimiento si está inconsciente o en un estado mental alterado, por ejemplo, bajo los efectos del alcohol o las drogas. El consentimiento contempla situaciones específicas. Tienes derecho a consentir una cosa y no otra. Puedes estar de acuerdo en besar o tocar un día y no al día siguiente. Lo que consientes es sólo decisión tuya y puede variar.

El consentimiento se puede retirar. Puedes cambiar de idea en cualquier momento. Y el consentimiento es importante incluso entre las parejas que ya han mantenido relaciones sexuales antes.

Si te estás preguntando cómo puedo saber si tengo el consentimiento de mi compaña/o  puedes preguntarle si quiere mantener relaciones contigo. Aquí hay varias maneras de pedir consentimiento, preguntando creas un ambiente cómodo y sano:

¿Está bien que te toque así?

¿Estás disfrutando esto tanto como yo?

¿Está bien si te quito los pantalones?

¿Está bien si continúo?

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