Vivió terrible experiencia en un restaurant de Córdoba y advierte para que no pase en San Francisco

Cuando sentarse a comer algo puede ser una experiencia horrible. Leer con atención para evitar se repita.

SECCIONES - OPINIÓN10/05/2019Pérez Darío EduardoPérez Darío Eduardo
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Cuidado que se puede repetir en cualquier lugar

   Hola DARíO, te quiero contar lo que me pasó la ultima vez que fui a votar a mi pueblo hace cuatro años y  lo hago para que ojalá no pase en San Francisco -

El domingo de la ultima votación a  Intendente de mi pueblo en 2015,, tuve que  tomar un colectivo gratis e ir a votar. Me encontraba a la hora de almorzar  en un restaurante, ya había ordenado mi pedido "conejo a la cacerola",  cuando comencé a ver que detrás de la barra que separaba el comedor de la cocina se producían ruidos , una curiosa escena que llamó mi atención.  Como era el único cliente , me levanté con curiosidad y espié por la ventanita donde pasan los platos para servir, allí pude ver al  Chef del restaurante, un hombre cincuentón con gorro blanco y bigote de grandes proporciones, había reunido frente a los fogones  y sartenes a diferentes animales vivos en sus jaulas  como el pato,, la gallina, un pollo  y el conejo como el que Yo había pedido. . .
Los animales observaban como el chef se paseaba de un lado a otro cuchillo en mano haciéndoles el siguiente comentario:

- Muy queridos amigos míos, la hora del almuerzo está próxima y ha llegado el momento de que decidan con que salsa van a querer ser cocinados, tenemos salsa de mostaza, yogur, tomate, chimichurri y mexica con chiles.

Los animales de ojos tristes comenzaron a comunicar al cocinero la salsa con la que cada uno sería cocinado, pero al llegarle el turno a la gallina se produjo una situación que alteró completamente el funcionamiento rutinario y monótono del día a día en la cocina.
La gallina se alzo exultante y reprochó al cocinero que ella no quería ser cocinada y que por lo tanto no quería elegir entre ninguna de las salsas o aliños que el cocinero proponía.
Se produjo un gran revuelo entre los diferentes animales que ya habían seleccionado la salsa con la que serían cocinados y reflejaban en sus miradas la incredulidad frente a la decisión adoptada por la gallina. El cocinero se volteó hacia la gallina con los ojos inyectados en sangre ante tal conato de rebelión y asevero rotundo y agresivo:

- Todos ustedes van a ser cocinados, eso está fuera de toda duda, lo único que ustedes pueden elegir es la salsa con la que quieren ser cocinados.

Espantado y sin hacer ruido me escape del restaurant y hasta me olvidé de votar, por lo cual me van poner un multa. Hoy cuatro años después tengo miedo se vuelva a repetir, por ello  me comunico con tu radio.

Por favor, pasalo  al aire y subilo a tus redes, porque creo que nada cambió en estos cuatro años.

*Inspirado en una relato de Adolfo Pérez Esquivel.

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