
Inflación encubierta: Oyentes denuncian que las primeras marcas ponen menos cantidad en los envases
En la mira : Jabones, postrecitos , papel higiénico y sidras.
Aberrante que se lo recuerde a un pirata saqueador de nuestro litoral
SECCIONES - OPINIÓN04/03/2019"El chacal del los tigres anglosajones"
"Las jóvenes corrían despavoridas por las calles de Colonia del Sacramento, aullando de terror con sus ropas desgarradas. Los saqueadores arrasaban con todo lo que encantaban. El cielo parecía cobrar vida con el relumbre de los incendios.! La Gazeta Federal de Historia.
El jefe de los vándalos, (que nació en Niza pero criado en Italia) echó las culpas a lo “difícil de mantener la disciplina que impidiera cualquier atropello, y los soldados anglofranceses, a pesar de las órdenes severas de los almirantes, no dejaron de dedicarse con gusto al robo en las casas y en las calles. Los nuestros, al regresar, siguieron en parte el mismo ejemplo aún cuando nuestros oficiales hicieron lo posible para evitarlo. La represión del desorden resultó difícil, considerando que la Colonia era pueblo abundante en provisiones y especialmente en líquidos espirituosos que aumentaban los apetitos de los virtuosos saqueadores” Ni siquiera la iglesia se libró de los desmanes, ya que en ella se celebró la victoria con orgías y borracheras.
Días después, la escuadra de mercenarios italianos, con sus talegos rebosantes de oro y plata, leva anclas y se interna en el río Uruguay.
Al llegar a Gualeguaychú repiten el saqueo. El pueblo estaba desguarnecido y fue fácil presa para los italianos, que actuaban a las órdenes de la escuadra anglofrancesa que invadía la Provincias Unidas del Río de La Plata, desarrollar sin inconvenientes su cruel codicia y lujuria. “Durante dos días los legionarios saquearon las casas de familia y principalmente las de comercio”, dice el historiador Adolfo Saldías apoyándose en las protestas de los comerciantes (sardos, españoles, portugueses y franceses) que la Gaceta Mercantil publicó el 23 de octubre.
El jefe e los saqueadores, a quien los diarios de Buenos Aires apostrofaban “el chacal del los tigres anglosajones”, se disculpará en sus “Memorias”. “El pueblo de Gualeguaychú nos alentaba a la conquista por ser un verdadero emporio de riqueza, capaz de revestir a nuestros harapientos soldados y proveernos de arneses (….) Adquirimos en Gualeguaychú muchos y muy buenos caballos, la ropa necesaria y algún dinero que se repartió entre nuestros pobres soldados y marineros que tanto tiempo llevaban de miseria y privaciones”.
El jefe de esta horda de salteadores era GIUSEPPE GARIBALDI. (el mismo que tiene una calle con su nombre en San Francisco)
En la mira : Jabones, postrecitos , papel higiénico y sidras.
Una costumbre local que puede terminar enfermandonos. Y si la plata no alcanza lo que hay que cambiar es la política económica, no vivir como esclavos.
No se enoje primero lea, que no todo es lo que parece
La alimentación debe realizarse con moderación, utilizando el sentido común, ya que ningún extremo es bueno, y comer un día por encima de nuestras necesidades y otro día nada para equilibrar, perjudica gravemente la salud, insiste la especialista.
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