Carta abierta de Romero: "La política del odio"

"De ninguna manera se puede seguir tirando de la piola con discursos provocadores, práctica que realizan permanentemente ciertos dirigentes que pretenden mostrarse como alternativa política para conducir los destinos del pueblo".

LOCALES19 de septiembre de 2022
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Marcha 1 de septiembre en apoyo a CFK por el intento de Magnicidioph. Natalia Pérez

A dos semanas del intento de magnicidio que sufrió la vicepresidenta Cristina Fernández, el representante local Andrés Romero publicó una carta abierta hablando sobre "la política del odio", y la violencia que continúa reproduciéndose en las redes sociales. 


Ya pasaron varios días del atentado contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. En todo ese tiempo leí todo tipo de declaraciones, análisis y catarsis de mucha gente.

Soy ante todo un militante político y concibo a la política como una práctica social que persigue mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, pero lamentablemente tengo que decir que no observé ni una de las facetas más importantes que tiene esta actividad: el respeto, la empatía y la convivencia en las diferencias.

Las agresiones de dirigentes y militantes de sectores de la política, el rol nefasto e interesado de los medios de comunicación hegemónicos y de sus empleados con micrófono, la intencionalidad de la Justicia que juega en tándem con los dueños del país, la mala saña sembrando dudas sobre un hecho contundente y el caldo de cultivo que son las redes sociales, en donde muchos exponen la pulsión de matar impunemente a quien piense distinto o a quien defienda una idea, son los grandes responsables de haber lesionado al sistema político y por supuesto a la DEMOCRACIA.

La pandemia fue una situación de profunda incertidumbre y de dolor que abrió un escenario insólito en la historia de la humanidad, pero también logró profundizar la violencia, la ira, las frustraciones que todavía no encuentran un límite.

Si alguna vez nos esperanzamos con la posibilidad de salir mejores como sociedad tengo que admitir, muy a mi pesar, que este no es el camino correcto.

El atentado, absolutamente repudiable y peligroso para la vida democrática e institucional del país, expuso el clima inusitado de violencia que se vive en todo orden. Hace mucho advertimos lo que está sucediendo en la calle sin encontrar muchas respuestas.

Para muestra un botón, dicen, la principal dirigente del país, damnificada y blanco permanente de los odiadores convoca al diálogo y muestra generosidad política para después obtener como respuesta una chicana pobre, miserable y ausente de compresión de parte de quien es el principal dirigente de la oposición.

De ninguna manera se puede seguir tirando de la piola con discursos provocadores, práctica que realizan permanentemente ciertos dirigentes que pretenden mostrarse como alternativa política para conducir los destinos del pueblo.

No tengo duda que contribuyen a la POLÍTICA DEL ODIO, la que no conduce a otra cosa más que a la disgregación de la sociedad y a la destrucción del pacto democrático, que es por el cual miles de argentinos y argentinas dieron hasta la vida.

Pese a todo lo dicho, no me resigno a esa búsqueda del respeto, la empatía y la convivencia en las diferencias. Sea a nivel nacional, provincial y hasta local, donde en nuestro caso nunca renunciamos a ese ABC de la política.

Todavía hay tiempo para cambiar, pero hay que proponérselo.

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