La empleada muerta de frío

El lunes fue uno de los más cruentos de los últimos inviernos,la mañana congelaba hasta el alma, mientras caminaba por el centro  , noté un comercio(dentro de los 4 bulevares) con la puerta abierta de par en par, a pesar de que la temperatura  era de cero grados, según la App de Clima Frontera. La empleada del lugar , envuelta en un abrigo y con guantes que apenas le cubrían la mitad de los dedos, se estremecía de frío detrás del mostrador. Me pareció injusto que el dueño la obligara a mantener la puerta abierta solo para atraer clientes con la idea de que el local estaba "acogedor" o "activo".

Sin embargo, la realidad era otra. La gente pasaba apresurada, sin siquiera mirar hacia adentro, y mucho menos dispuesta a entrar en un lugar donde el frío era palpable. Era evidente que la estrategia del dueño no solo era inútil, sino también cruel para con su empleada, que se esforzaba por mantener una sonrisa en un entorno hostil.

La ironía era que, en lugar de atraer clientes, la puerta abierta parecía ahuyentarlos. La gente prefería entrar en lugares cálidos y acogedores, no en uno donde el frío era tan intenso que se podía ver el vaho de la respiración de la empleada. Me pregunté cuánto tiempo más podría soportar ella aquella situación, y si alguien se daría cuenta de la injusticia que estaba sufriendo.

Durante la década de los años 70, un dirigente gremial llamado  Oscar Ventura Liwacki caminaba por los comercios de la ciudad y en una situación similar no dudaba en entrar y encarar al dueño o el encargado para " disuadirlo" de la estrategia frozen , el mismo gremialista que fue marcado por la burguesía local  , secuestrado  y  desaparecido por la Dictadura Cívico Militar .