Eso que llaman amor: arte, feminismo, trabajo colectivo y una ruptura del eurocentrismo local

Dos artistas locales que forman parte del programa municipal Las Paredes hablan se unieron para construir desde lo colectivo no solo un mural para embellecer las paredes de la ciudad, si no para interpelarnos y representar aquello que es invisibilizado.

LOCALES 05 de agosto de 2022 Pérez Natalia Pérez Natalia
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Las paredes hablan y nos interpelan. El programa municipal en embellecimiento urbano continúa avanzando en la ciudad, y no solo en las paredes del centro. La esquina de Bv. Roca y Mariano Moreno se llenó de colores, de militancia no solo como una reivindicación del duro y casi siempre desvalorado trabajo de cuidado en el hogar, si no también como una representación de la organización colectiva y el verdadero crisol de razas que nos representa. 

Realizar un mural feminista supone no solo ocupar y adueñarse de espacios públicos, dar voz y rostro a quienes son invisibilizadas, si no también despatriarcalizar el arte urbano, que ha sido tradicionalmente un ámbito masculinizado. 

Dos artistas locales, Noelia Naz y Aylen Digiovanni,  se unieron por primera vez para realizar esta verdadera obra de arte urbano que no solo embellece las paredes, si no que también nos interpela. El proyecto nació luego de que ambas expusieron su trabajo en la muestra itinerante “Mujeres de todos lados” en el Centro Cultural de San Francisco. 

“Eso que llaman amor, es trabajo no pago”. Aylen, una de las artistas emergentes de la ciudad nos explicaba el mensaje detrás de cada pincelada. La obra intenta revalorar aquel trabajo cotidiano, las labores de cuidado que recaen sobre las espaldas de las mujeres. Pero también destacar la sabiduría de nuestras mayores y ancestras, que es pasada en cada receta, en cada costumbre que heredamos. 

Con colores vibrantes y una estética alejada del eurocentrismo tradicional de esta zona Noelia quien viajó con su arte por toda latinoamérica llevando su pintura y sus murales en por nuestras tierras hermanas (Quito, Montañita, Iluman, Cusco, Arequipa, Puerto Maldonado, Paraná y Brasil); incluyó técnicas y conocimientos que adquirió en su largo viaje. 

Para ella el mural también habla un poco de la construcción colectiva entre mujeres, como las mujeres pequeñas recolectan y trabajan para poder hacer la comida mientras la anciana cocina para todas y todos. Lo recíproco. 

“La comida es el sustento de la familia. El acto de amor de cocinar, y la cocina que siempre fue un lugar de reunión y debate. Es la representación mayor de todas las tareas domésticas que realizamos con tanto amor que son trabajo aunque nos las impongan como deber” expresó Noelia. 

Este domingo a las 17 horas organizaron una mateada popular para inaugurar la obra, donde estarán hablando y debatiendo su obra con los vecinos de la ciudad. 

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