Monjas violadas por curas fueron obligadas a abortar, reconoció el Vaticano

Un informe del diario LA NACIÓN.

POLICIALES 31 de diciembre de 2020 Pérez Darío Eduardo Pérez Darío Eduardo
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ROMA.- En un inimaginable comunicado oficial, el Vaticano admitió ayer que está intentando resolver un "problema conocido", mantenido hasta ahoraen silencio: la existencia de numerosos casos de monjas que son víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes. Un fenómeno inconfesable que se da en 23 países de los cinco continentes, pero sobre todo en Africa. Un verdadero escándalo.  DIARIO  LA  NACIÓN

El vocero del Papa, Joaquín Navarro Valls, salió con la inesperada declaración después de que, sobre la base de una nota del National Catholic Reporter, de los Estados Unidos, el diario La Repubblica informó ayer que en los archivos de la Iglesia existen informes, con nombres y apellidos, de religiosas que cuentan que han sido violadas por curas, misioneros y hasta obispos. En algunos casos los prelados, tras dejarlas embarazadas, las obligaron a someterse a un aborto. En uno, según sor Maura O´Donohue, que redactó uno de losinformes, el sacerdote ofició una misa de réquiem después de que la religiosa que había empujado al aborto murió durante la operación.

"El problema es conocido, y está restringido a un área geográfica delimitada", dijo ayer el comunicado de Navarro Valls, sin especificar que la mayoría de los abusos suele ocurrir en el continente africano. "La Santa Sede está tratando la cuestión en colaboración con los obispos, la Unión de Superiores Generales y con la Unión Internacional de Superiores Generales", agregó. "Se trabaja sobre la doble vertiente de la formación de las personas y la solución de los casos singulares. Algunas situaciones negativas no pueden hacer olvidar la fidelidad a veces heroica de la gran mayoría de los religiosos, religiosas y sacerdotes", concluyó.

El comunicado dejó boquiabiertos a muchos vaticanistas. Nunca antes en su historia, en efecto, la Santa Sede admitió algo tan shockeante como que dentro de la Iglesia sucedan hechos como éstos, y que existen sacerdotes -obligados al celibato- que cometen pecados mortales y, peor aún, abusando de monjas. "El aspecto más novedoso no es el hecho en sí, sino que la Santa Sede lo haya admitido oficialmente", confirmó a La Nación Orazio Petrosillo, experto del diario Il Messaggero en cuestiones vaticanas.

La extensa nota del National Catholic Reporter ( www.natcath.com/ncr_onli.htm ) habla de la existencia de cinco informes sobre "el problema del abuso sexual de religiosas". Estos fueron presentados por distintas instituciones en los últimos siete años ante la Santa Sede. Todos indican que es en Africa donde más golpea este escabroso problema -allí la promiscuidad es moneda corriente-, pero también citan países de otros continentes, como Brasil, Colombia, Italia, Irlanda, India, Filipinas y los Estados Unidos.

Por qué en Africa
En febrero de 1995, sor Maura O´Donohue, redactora de uno de los dossiers más exhaustivos sobre el tema, incluso dio un briefing al cardenal Eduardo Martínez Somalo, prefecto de la congregación pontificia para la vida religiosa.

O´Donohue destacó que existe un vínculo muy estrecho entre los abusos sexuales y el hecho de que el sida en Africa está más que expandido. "Lamentablemente, las hermanas también han reportado que los curas las han explotado sexualmente porque temen contaminarse con el HIV a través del contacto sexual con prostitutas", escribió, en 1994. Además, señaló casos de sacerdotes que exigen prestaciones sexuales a cambio de favores, como, por ejemplo, la entrega de algún certificado o la recomendación para poder trabajar en alguna diócesis. Casos de sacerdotes que dejan embarazadas a las religiosas y después las obligan a practicarse abortos. Y hasta casos de sacerdotes que empujana las religiosas a tomar píldoras anticonceptivas, haciéndoles creer que es para prevenir el HIV.

Los informes subrayan que si bien es cierto que la mayoría de las religiosas peca por ser demasiado na•ves , el fenómeno se da en ámbitos en los que los curas se aprovechan de su superioridad económica y de su condición de "guía espiritual".

Sor Marie McDonald, otra monja que presentó un informe al Vaticano en noviembre de 1998, también sostuvo que "es común el acoso sexual e incluso la violación de hermanas por parte de curas y obispos" que, "algunas veces, cuando una hermana queda embarazada,obligan a tener un aborto". Luego del aborto, las expulsan o directamente las echan a la calle estando embarazadas.

Sor McDonald citó como factores desencadenantes de este flagelo que en algunos países "el celibato y la castidad no son valores" y la "posición de inferioridad de la mujer en la sociedad y en la iglesia". Aludió, por ejemplo, el hecho de que a una hermana se le enseña a servir y obedecer a su superior: "Es entendible entonces que para una religiosa es imposible negarse al cura que le pide favores sexuales. Estos hombres son vistos como figuras con autoridad, que deben ser obedecidas".

Pobre entendimiento
Además, explica que el fenómeno se debe también a un "pobre entendimiento de la vida consagrada" por parte de obispos, sacerdotes y religiosos. Una hermana, por ejemplo, puede ser fácilmente víctima de un superior que la impresiona con el siguiente discurso: "Ambos estamos consagrados al celibato. Esto significa que hemos prometido que no nos casaremos. Sin embargo, podemos tener sexo juntos sin romper nuestros juramentos".

Remarca, por otra parte, que a veces algunas hermanas que son enviadas al exterior, a Roma u otros países, "son demasiado jóvenes e inmaduras", no hablan bien el idioma, adolecen de preparación y apoyo, y "frecuentemente se presentan en seminarios para pedir ayuda a sacerdotes", creando el potencial para el abuso. Finalmente, McDonald denunció que otro importante factor es la "conspiración de silencio" que rodea el tema: "Sólo si lo miramos honestamente podremos encontrar soluciones", escribió.

"No existe impunidad"
Consultado por La Nación , el padre Guillermo Marcó, director de la oficina de prensa del Arzobispado de Buenos Aires, dijo: "Ignoro si la fuente es veraz. En caso de serlo, ¡gracias a Dios que no existe impunidad en la Iglesia! Hay que vivir en coherencia con los votos realizados, y es peor cuando se está abusando de la libertad de otras personas".

"Es bueno que esto no quede sepultado, y que se le dé la pena que corresponda a los que lo merezcan", concluyó.

 

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