Marketing femicida viral: estación de servicio se simula el secuestro de una mujer como "chiste"

En Entre Ríos y otra en Córdoba filmaron "bromas" simulando el secuestro de mujeres en bolsas de consorcio, luego descartadas. Hubo repudios masivos y los videos fueron eliminados. YPF anunció que despedirá a los empleados involucrados.

EL PAIS21/09/2025Pérez NataliaPérez Natalia
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En las últimas horas, se han vuelto virales en redes sociales varios videos inquietantes que simulan el secuestro de mujeres, evocando traumas colectivos relacionados con los femicidios. El primer video proviene de la estación de servicio Shell Crespo de Erich Wagner y Cía. S.R.L. en Entre Ríos, mientras que el segundo fue grabado en una YPF ubicada en Marcos Juárez, Córdoba.

Ambas compañías han ofrecido disculpas públicas, y YPF anunció medidas drásticas, incluyendo el despido de los empleados involucrados. Según la empresa, estos actos "no representan los valores que promueve la compañía".

Uno de los videos muestra a un empleado de la Shell hablando con un compañero. "No, yo no te la puedo creer, mirá para allá", dice, mientras observa a una joven que se acerca a la estación de servicio. Su compañero responde despectivamente: "Uh, otra vez la piba esta". En un giro escalofriante, sugieren de manera insensible la idea de meter a la joven en una bolsa de consorcio. El contexto escalofriante culmina con el momento en que le colocan la bolsa en la cabeza y la introducen en una camioneta, como si se tratara de un mero objeto desechable.

El video fue denunciado por la periodista Ingrid Beck en su cuenta de la red X, donde subrayó la gravedad de la situación al señalar que se trata de "dos tipos que secuestran a una mujer, la meten en una bolsa de basura y toman mate". Esta denuncia ha despertado indignación y un llamado a la reflexión sobre el tratamiento de la violencia de género en los medios y la cultura popular.

La agrupación Periodistas Feministas de Entre Ríos se pronunció firmemente en contra del material, condenando lo que consideran una apología del delito y un caso de violencia mediática y simbólica de género. Su comunicado subraya la gravedad de la situación, recordando que en el país se registra un femicidio cada 27 horas, lo que añade urgencia a su rechazo.

La defensora de los derechos femeninos, Sol Despeinada, también criticó la campaña, cuestionando las intenciones detrás de la publicidad y sugiriendo que se basa en un humor misógino que perpetúa estereotipos dañinos. La respuesta al video generó un debate sobre la responsabilidad de las marcas en la creación de contenido y la necesidad de una mayor sensibilidad hacia el impacto de sus mensajes.

En un acto de rectificación, Shell eliminó el video y emitió disculpas públicas por el contenido considerado inapropiado. La compañía afirmó que no hubo intención de promover la violencia de género y se comprometió a llevar a cabo una revisión más estricta de sus procesos de comunicación en el futuro.

Por otro lado, la Community Manager de la estación de servicio asumió la plena responsabilidad por la creación del video, reconociendo su papel como protagonista. Su reflexión sobre la sensibilidad del tema sugiere un esfuerzo por aprender y mejorar en la comunicación de mensajes que podrían tener repercusiones significativas.

Este episodio resalta la necesidad imperante de que las marcas sean conscientes de cómo sus mensajes pueden ser interpretados y de la importancia de fomentar un discurso que promueva la igualdad y el respeto hacia todas las personas. La presión social y la vigilancia de los consumidores pueden ser una fuerza poderosa para avanzar hacia una comunicación más responsable y empática.

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