El penoso día a día de una mujer trans en la Policía de Córdoba

La lucha por la preferencias sexuales

CÓRDOBA01 de septiembre de 2024Pérez Darío EduardoPérez Darío Eduardo
TRANSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS

Violación de derechos y tratos descalificadores, el día a día de una mujer trans en la Policía de Córdoba

En la actualidad, en la Policía de Córdoba hay cuatro individuos que han decidido cambiar su identidad de género: tres hombres trans y Martina, la única mujer trans del personal policial de toda la provincia. A pesar de que todos prestan servicio uniformados, ella sigue en una posición no operativa sin la autorización para usar el uniforme, que solía llevar por diez años cuando trabajaba en la comisaría 29na de barrio Parque República como agente masculino. Por Alfredo Bareiro en Calamuchita Ya

Durante los últimos dos años y medio, Martina ha presentado varios informes y evaluaciones psicológicas y psiquiátricas en la institución policial, pero todos ellos han sido rechazados por Medicina Laboral de la Policía. Por esta razón, en una carta solicitó una junta médica imparcial y especializada en perspectiva de género, para obtener una evaluación justa y precisa de su aptitud para tareas de seguridad y defensa.

Sin embargo, el 26 de agosto, Martina fue sometida a una junta médica tradicional, en la que se le diagnosticó "mecanismos defensivos inadecuados y baja tolerancia a la frustración". Como resultado, se le ordenó permanecer en su posición no operativa por al menos seis meses más.

Ante esta situación, Martina siente que ha sido objeto de discriminación en las evaluaciones médicas, en las que se han violado sus derechos y su integridad laboral, causándole un gran impacto emocional y económico. Ella asegura que su orientación sexual no afecta su capacidad para realizar su trabajo.

Martina tiene 35 años y es cabo de la Policía de Córdoba. Se graduó de la Escuela de Suboficiales en 2011 y comenzó a trabajar inmediatamente en la institución de seguridad. Durante diez años, se identificó como hombre en la comisaría y en otras dependencias policiales, pero en su vida privada se percibía como mujer. Según ella misma admite, "iba a trabajar como hombre y me vestía como Martina en mi vida personal".

Aunque su madre, que vive en La Rioja, la apoya emocionalmente a distancia, y su padre, un ex policía, le pide que siga luchando, también le recuerda que la fuerza policial "es una institución creada por y para hombres".

Martina lleva trece años como agente policial. Debido a los problemas mencionados, lleva más de dos años realizando tareas no operativas y actualmente trabaja en el área de personal en la comisaría 6ta de barrio General Paz.

Ha sufrido discriminación en el pasado por su orientación sexual, incluso ha denunciado a algunos de sus superiores ante el Tribunal de Conducta Policial. Según ella, "todo era por mi orientación sexual". Más tarde, antes de su transición, recibió reprimendas por parte de la fuerza cuando quiso dejar crecer su pelo. "A una mujer no le dicen nada si se corta el pelo cortito, pero si un hombre se deja el pelo largo, empiezan a llamarle la atención y pueden incluso arrestarlo. Ni hablar si vas con uñas pintadas o maquillado", relató.

Si bien la provincia de Córdoba ha implementado la Ley Micaela de Capacitación Obligatoria en Género para todos los miembros de los Tres Poderes del Estado, todavía existen actitudes y acciones dentro de la fuerza policial que violan los derechos de las personas que forman parte de ella, así como tratos discriminatorios y descalificadores hacia los ciudadanos en general.

Te puede interesar
Lo más visto