¿Qué son las encuestas a boca de urna?

Son los sondeos que se hacen entre los electores que están saliendo de las escuelas tras haber votado. El propósito es tener un anticipo del resultado de los comicios el mismo día.

LOCALES25 de junio de 2023
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La encuesta a boca de urna es aquella que se realiza entre los electores que están saliendo de la escuela, después de haber votado, el mismo día de los comicios. Así está definido en el Vocabulario Electoral Argentino del Sistema Argentino de Información Jurídica (SAIJ). En el periodismo se las llama “los boca de urna” si aluden a sondeos o “las boca de urna” cuando se alude a encuestas. Aquí nos referiremos a “las” encuestas a boca de urna.

A diferencia de las encuestas tradicionales, en las que se les pide a los eventuales electores que anticipen su voto, en las boca de urna se les pregunta qué decisión ya tomaron. ¿Cuál es el objetivo? Obtener una tendencia en “tiempo real” de cómo va la votación, una suerte de anticipo del escrutinio mientras se desarrolla la votación. Pero, ¿son confiables las boca de urna? ¿Aciertan? ¿Son legales? ¿Quiénes las hacen?

¿Son confiables las encuestas a boca de urna?

Como toda encuesta, las boca de urna suponen una muestra que puede ser representativa o no, y esto depende de algunos factores: de cuán grande sea la porción del electorado que se haya tomado, de la capacidad de los encuestadores, de cómo se procesen los datos, del horario en que se haya realizado (por ejemplo, en el afán de procesar las respuestas se corta el sondeo temprano y se deja afuera a los votantes que van a las escuelas en las últimas horas de la tarde, que pueden no ser pocos) y de que los electores les hayan dicho la verdad.

Además, como toda encuesta, las boca de urna también tienen un margen de error, y la cercanía del pronóstico con el resultado confirmado depende también de que los votantes estén o no dispuestos a responder. Inclusive, pueden proveer información falsa para sabotearlas y hasta sentirse avergonzados de lo que decidieron en el cuarto oscuro, por lo que podrían mentir cuando les pregunten a quién votaron.

“La confiabilidad de las boca de urna está sujeta al procedimiento con el cual se las produzca. Si hay buena práctica metodológica, la encuesta a boca de urna es confiable. Cuanto mejor esté hecha cualquier encuesta, es más confiable. Y esto también aplica para las boca de urna”, dijo a Chequeado el analista político y director de Synopsis Consultores, Lucas Romero.

¿Sirven las boca de urna?

Las encuestas a boca de urna les sirven principalmente a los partidos políticos y a los candidatos, y eventualmente a los medios de comunicación. A los primeros, porque les permiten estar mejor preparados y definir acciones a tomar en el momento de la difusión de los resultados oficiales y a posteriori; y, a los segundos, para ir analizando la jornada y evaluar escenarios y conclusiones.

En esta línea, Romero señaló que la encuesta a boca de urna “tiene razón de ser por 3 factores”: “Calmar ansiedades, tener información para poder planificar estratégicamente los discursos o el posicionamiento que se va a adoptar una vez conocidos los resultados y tener también una variable de control propia que ayude a confiar en que la elección se desarrolló normalmente y que no se observan grandes desviaciones respecto de lo recogido en las boca de urna”.

¿Son legales las boca de urna?

En la legislación argentina, las encuestas a boca de urna no están prohibidas en su realización pero sí en su difusión. El artículo 71 del Código Nacional Electoral, sobre prohibiciones, dice en su inciso h que no es posible “publicar o difundir encuestas y proyecciones sobre el resultado de la elección durante la realización del comicio y hasta 3 horas después de su cierre”. Es una restricción que está orientada a impedir que las boca de urna influyan en la decisión de los votantes.

El cronograma electoral oficial, dispuesto por la Cámara Nacional Electoral, también prohíbe explícitamente en las fechas de cada votación de este año “publicar resultados de encuestas, proyecciones o sondeos de opinión, pronósticos electorales, o referirse a sus datos” durante la elección y hasta 3 horas después de su cierre, y cita al Código Electoral y también al artículo 44 quater de la Ley 26.215 de Financiamiento de los Partidos Políticos.

Este artículo dice: “Desde 8 días antes de cada elección y hasta 3 horas después de su cierre, ningún medio de comunicación, ya sean éstos audiovisuales, de radiodifusión, gráficos, internet u otros, podrá publicar resultados de encuestas o sondeos de opinión, o pronósticos electorales, ni referirse a sus datos”.

Además, establece que, “dentro del plazo que la presente ley autoriza para la realización de trabajos de sondeos y encuestas de opinión, los medios masivos de comunicación deberán citar la fuente de información, dando a conocer el detalle técnico del trabajo realizado”, y que “los que incumplan esta disposición podrán ser sancionados con multa del 0,1% al 10% de la facturación de publicidad obtenida en el mes anterior a la comisión del hecho”.

A pesar de la legislación vigente, hay antecedentes de medios de comunicación que no cumplen con la ley, como se explicó en esta nota sobre la agencia Télam. Además, la televisión, en particular, encontró la manera de anticipar el resultado de una elección el día de la votación: apenas se cumplen las 18, aunque no anticipan cifras, sí informan con videographs y comentarios de los periodistas y conductores qué candidato o fuerza política ganó la elección, quién salió segundo y quién terminó tercero, en los distintos niveles de gobierno y jurisdicciones. Recién a partir de las 21, cuando empiezan a difundirse los datos del escrutinio provisorio, la TV empieza a informar la cantidad de votos y los porcentajes.

¿Quiénes hacen las boca de urna?

La encuesta a boca de urna la puede hacer cualquiera que esté interesado en tener anticipadamente el resultado. Y efectivamente puede haber medios y consultoras que ofrezcan ese servicio a algún partido político, pero naturalmente es el partido político el más interesado en tener anticipadamente ese resultado.

“Los partidos tienen estructuras de fiscalización con gente en una determinada selección de puntos muestrales que le recoja los resultados de las preguntas a boca de urna y que eso pueda después ser procesado y analizado con criterios metodológicos para tener un resultado anticipado de los comicios. Además, los partidos políticos tienen técnicos especialistas en este tipo de estudios, mucha gente muy capacitada en hacer investigaciones cuantitativas que no necesariamente trabajan en consultoras”, dijo Romero.

¿Qué diferencia hay entre las boca de urna y las mesas testigos?

Como se dijo más arriba, una encuesta a boca de urna significa ir relevando cómo viene la votación, haciendo consultas y encuestas en los centros de votación a la gente que acaba de emitir su sufragio. La mesa testigo es otra cosa.

Según Romero, las mesas testigos “le permiten al partido político recoger rápidamente los resultados de determinadas actas” de votación, que son aquellas que llenan las autoridades de mesa tras haber contado los votos de la urna. “O sea, se tienen identificadas las actas y las mesas que componen la muestra. Los fiscales de esas mesas giran los resultados de esa acta a un centro de cómputos propio, que hace el relevamiento y con eso proyectan los resultados. ¿Para qué sirven? Por ejemplo, para decidir cuándo salir a reconocer una derrota o a presionar por determinado resultado o por la falta de carga de resultados”, señaló el especialista.

En definitiva, las mesas testigos se construyen con información del acta de escrutinio y las boca de urna, con las respuestas de los votantes a la salida de la escuela.

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