Crimen de la calle 108: La hipótesis de la Mafia de la soja negra, un negocio de 120 millones de dólares.

Un escandaloso negocio para evadir retenciones , suel mezclarse con el tráfico de cocaína.

POLICIALES25/10/2025Pérez Darío EduardoPérez Darío Eduardo
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El equipo del fiscal   Pedro Machado comienza a armar un rompecabezas gigante para conocer qué pasó con la tragedia de la calle 108, que se llevó la vida del puertense Federico Bazán y dejó gravemente herido al ex-policía mendocino Darío Aciar. Como nunca antes, hay pruebas que no dejan dudas: el enfrentamiento mafioso fue filmado y hay una testigo presencial. Un gran desafio para un fiscal que ha demostrado eficacia desde la llegada a la pequeña ciudad que hoy tiene un promedio homicidio /habitante similar al de Colombia.

Las calles de Frontera tienen la versión "blue" de la realidad: una mezcla de la mafia de la soja negra y la reventa de cocaína en cantidades importantes. Los asesinos son narcos( para el comentario callejero) de San Francisco que huyeron en moto, la cual ya han hecho desaparecer. Mientras el fiscal aguarda pericias de un teléfono encontrado a bordo del auto y los habitantes de la casa donde ingresaron las víctimas cotejan con las declaraciones de Vanina, la pareja de uno de los siniestrados, se afianza la hipótesis de la mafia de la soja negra como una de las principales. 

La soja  negra y negocio de  120 millones de dólares al año

La fuga de soja -y dólares- por la frontera con Brasil no se detiene. Todos los intentos por desalentar el contrabando de la oleaginosa resultaron vanos hasta el momento porque la brecha existente entre los valores locales y los que se pagan del otro lado del río Uruguay son abismales, el monto del delito se estima en 120 millones de dólares anuales , El periodista Ernesto Azarkevich lo explca de maner contundente: 

Sin tener que tributar derechos de exportación -léase retenciones- y tomando como referencia el valor del dólar blue, una carga de soja duplica su valor en la tierra de Lula Da Silva.

Ni las fuerzas federales que operan en Misiones ni la Agencia Tributaria se animan a calcular la cantidad de soja que pasa por la provincia y termina escurriéndose hacia Brasil en pequeñas embarcaciones que los lugareños llaman “caícos”. Entre 80 y 100 camiones arriban semanalmente a la provincia con el poroto, pero es un misterio si las toneladas declaradas son reales.

Desde la Justicia Federal dijeron que la mayoría de los procedimientos que se realizan en las rutas de Misiones terminan en una infracción tributaria porque la soja es transportada con cartas de porte que presentan inconsistencias y en algunos casos son falsas. Y todo se resuelve con el pago de una multa.

Diferente es la situación cuando el transporte es sorprendido en la costa del río Uruguay con la carga. En esos casos -los menos- se abre una causa penal por contrabando en grado de tentativa, pero nadie va preso. Sólo en el Juzgado Federal de Oberá hay cerca de 20 causas penales abiertas por el contrabando de soja hacia Brasil. En los próximos meses es probable que una, con una decena de procesados, sea elevada a juicio oral.

El juez Alejandro Gallandat Luzuriaga dijo que la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y la Unidad de Información Financiera (UIF) se constituyeron en querellantes en las causas que se tramitan en Oberá. Las maniobras generan millonarias pérdidas al Estado.

A pesar de que el negocio ilícito ya lleva más de dos años, los investigadores todavía no tienen en claro si es manejado por una organización o por cuentapropistas que adquieren la soja en la zona centro-norte del país para obtener una buena tajada corriendo mínimos riesgos. “Los transportistas nunca son los mismos y cuando los llamamos a declarar no aportan datos significativos para que podamos llegar hasta los propietarios ”, admitieron en el Juzgado.

Otro dato que llama la atención es que en los allanamientos que se realizaron no se decomisaron sumas de dinero elevadas. Una hipótesis que intentan corroborar los investigadores es que el dinero queda en Brasil y es invertido en propiedades por los familiares de los contrabandistas. O bien son cambiados por tractores y otros implementos agrícolas que terminan en las chacras misioner

Como se intensificaron los controles en los puestos fijos de la agencia tributaria, los contrabandistas empezaron a utilizar caminos secundarios para ingresar a la provincia.

En la Agencia Tributaria de Misiones admitieron que los transportistas prefieren ingresar a la provincia los fines de semana porque saben que opera la báscula de Vialidad Nacional. “Nos declaran 30 toneladas, pero algunos camiones pueden llegar a cargar 50. Nosotros controlamos la documentación y aplicamos las multas cuando establecemos que el comprador no tiene capacidad financiera para adquirir una carga de soja”, dijeron en la Agencia. Y añadieron: “suele pasar que la carga sale con un destino y después, cuando están en Misiones, lo cambió.

Para concretar el cruce es necesario contar con una aceitada logística: un galpón cerrado donde embolsar los granos, personas que realicen la carga en camiones de mediano porte y luego el trasbordo a las embarcaciones en la costa del río. Y contar con una propiedad sobre el río Uruguay.

Los que manejan el negocio en la costa del Uruguay llegan a pagar $ 30.000 por jornada a los encargados de embolsar la soja y después hombrearla hasta las pequeñas canoas que harán el cruce a Brasil. Son cifras que jamás obtendrían los obreros en la cosecha de yerba o tabaco. En la frontera el contrabando es visto como una oportunidad y no como un delito. Pero también la gente utiliza pasos clandestinos para ir a visitar a familiares que residen en la otra orilla.

En octubre, el ministro de Gobierno, Marcelo Pérez explicó que las cargas arriban con inconsistencias en la documentación. Y que detectaron a jubilados y monotributistas sin capacidad económica como compradores de los granos.

Algunos decomisos impactan por su magnitud. El 21 de octubre de 2020 la Policía retuvo en una estación de servicios de San Vicente, en Misiones, ocho camiones con más de 200 toneladas de soja que iban a El Soberbio, en el límite con Brasil. En mayo, el juez federal de Paso de los Libres, Gustavo Fresneda, ordenó allanamientos en tres galpones en El Soberbio, donde se hallaron 2.500 bolsas de soja con 125.000 kilos de ese producto.

En abril, Clarín publicó que funcionarios de AFIP y Aduana estimaron que unas 180 a 200 mil toneladas anuales se estarían fugando por las fronteras, lo cual implica una facturación cercana a los US$ 120 millones. Para transportar ese volumen se necesitan unos 6.600 camiones. Se cree que buena parte de ellos terminan su recorrido a orillas del río Uruguay. ■

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