Caso Chocolate: Gómez y Ferrero ratificaron sus dichos.

La jornada duró casi 6 horas, y dieron su testimonio 6 testigos, entre los que se encuentras el acusado Germán Gómez y su madre. Y las personas a cargo de cuidar al cachorro.

POLICIALES - JUDICIALES 21 de mayo de 2018 Pérez Natalia Pérez Natalia
IMG_20180521_093631384

Una agotadora primera jornada, en el Juicio contra Germán Gómez, por supuesto infractor de la ley 14346, mas conocida como la ley Sarmiento, y violación de domicilio. El caso comenzó cel 2 de enero del 2017,  cuando los medios locales publicaron la imagen de un cachorro que había sido "despellejado".

Durante las casi 6 horas que duro la primera jornada declararon 6 testigos. El juicio es precidido por el Juez Guillermo Rabino. La acusación esta a  cargo del fiscal Oscar Giecco y en la querella la doctora Gretel Monserrat. La defensa de Gomez es ejercida por el doctor Sergio Corón Montiel.

El abogado defensor pidió incluir en la causa un articulo publicado por la revista pronto el 25 de abril del 2017, donde entrevistan a una vecina anonimamente, y  esta dice  haber visto a Chocolate en la calle deambulando lastimado. 

También pidió que se excluya de la causa el la historia clínica que presento el veterinario Roberto Ferrero, alegando que como el cuerpo fue cremado sin aviso. Y que gracias a eso no se pudo realizar la pericia correspondiente para corroborar que lo dicho por tal profesional sea lo que en realidad pasó. Pero el pedido también fue denegado. Según el fiscal Giecco y la querellante Monserrat, no importa saber de que murió el perro o si murió, lo único que importa es comprobar la supuesta tortura.

Los Testimonios:

German Gomez: 

El acusado dijo estar dispuesto a declarar y contestar preguntas  durante todo el proceso. Comenzó relatando como fue su rutina el día del hecho, se levantó a las 10:30, desayuno y alimento a sus dos pequeños perros y comenzó a limpiar su caza. Por la tarde al rededor de las 18:00  salió a cortar el pasto del frente de su departamento. Mientras realizaba las tareas de jardinería escucho llorar a la perra, Samanta,  en la entrada del departamento 2. "Eso si lo escuche" aclaró Gómez. 

Dos días después de esto, aparece el oficial de la policía de Córdoba, Lencinas asomándose por el tapial del patio, al verlo  Germán le pregunta que es lo que pasaba, en respuesta a esto el policía  comenzó a interrogarlo  sobre su modo de vida, haciendo preguntas muy personales. Luego le preguntó si había escuchado lo sobre el cachorro que fue despellejado, mostrando enojo cuando Germán le dijo que había leído algo del tema pero no sabia que era en el departamento de al lado. 

Lencinas, acompañado de otros dos oficiales le pidieron permiso para entrar en su propiedad en busca de posibles huellas, una vez allí observan en el suelo excremento animal, lo increpan para saber su procedencia, a lo que Germán responde que es del gato del vecino. Según lo que el mismo Germán contó Lencinas le dijo "el gato también tiene el orto roto que caga tan grande".  Luego realizaron pruebas sobre una mancha aceitosa que se encontraba en el piso en busca de sangre,  pero se determino que solo era aceite de moto. 

Algunos días después el oficial regresa con una orden de allanamiento, otra vez acompañado por 2 oficiales mas de policía. El agente le asegura a Germán que es un procedimiento normal y que no tiene nada para preocuparse. Intranquilo Gómez pregunta porque a el y no a la dueña de la casa donde paso todo, pero solo le responden que la mujer estaba fuera de la ciudad. Continúan con el allanamiento, el acusado, ahora sentado en el banquillo de testigos afirma que Lencinas "ve la navaja, la mira, se la muestra a los otros policías y la deja en su lugar". Finalizan el procedimiento informándole que dio negativo, y le piden que firme los papeles pero sin leerlos. Le piden que se presente a la 20 en la jefatura para finalizar el trámite. 

A las 20 en punto Germán se presenta junto a su madre, Delia, los atiende una mujer que le pregunta si alguna vez le prestó la navaja a su compañero peluquero, pero el defendido aclara que no tiene un compañero y jamás se la presto a alguien.  Mientras lo interrogaban fuera de la comisaría marchaban en memoria del perro.

Llega un segundo allanamiento, la policía se lleva la navaja, una maquina de cortar el césped y pastillas recetadas que encontraron en su dormitorio. Advirtiendo que nada de esto era normal Germán intenta comunicarse con su madre, Delia responde, pero le dice que en ese momento estaban allanando su casa también que apenas terminara iba hacia su casa. Pero antes de que esto pueda suceder la policía lo detiene. 

Una vez en la jefatura,  los policías, liderados por Lencinas le dicen que si cooperar es mejor que así todo va a terminar rápido. "Dije que no, que no me iba  a hacer cargo de algo que no hice", aseveró Germán. Durante el tiempo que estuvo en el lugar el defendido aseguró que un oficial se le acercó y le dijo "yo se que vos no hiciste nada, pero yo no puedo hacer nada  porque  Lencinas estaba a cargo"

Lo llevan hasta los calabozos y Lencinas se acerca a el intentando intimidarlo "así que tu mamá me denunció" le dijo.  Germán por miedo en el momento lo niega. Solo dos horas después es trasladado a la penitenciaría, sin explicación alguna. 

Al finalizar su testimonio Germán relata que en la cárcel fue visitado por un oficial de la policía, que le pregunta si sabe quien es el,  que su mujer esta en la protectora de animales y que se iba a encargar de que se pudra en la cárcel. 

Delia Gomez

"Yo estoy desde el primer momento", aclamó la madre.  Desde el 6 de enero cuando el policía apareció en el patio de Germán. El día 10 iban a ir juntos a comprar un televisor y pagar el alquiler pero él tenía una clienta en la peluquería y fue sola, al regresar a su casa recibió una llamada de German que donde le decía que le estaban allanando la casa. Desesperada Delia fue urgente a la casa de su hijo. 

Al llegar observó que había 3 policías llevando adelante el procedimiento, ella comenzó a preguntar de que se trataba todo esto, y uno de los oficiales le dijo que no se preocupe que  esto que hacemos no lo sabe nadie,  ni mi jefe sabe que nosotros estamos acá, estaban en el lugar por orden del fiscal. 

"No fue un allanamiento, fue ficticio" advirtió Delia, apenas revisaron todo, se centraron en unas pastillas que vieron en la pieza. Cuando termino pregunte como seguía esto y le dijeron que dio negativo. A las 20 por pedido de los oficiales Delia acompañó a su hijo hasta la comisaria, donde le tomaron declaración. Mientras el seguía a dentro vino una manifestación que describió diciendo "parecía el regreso de los muertos vivos, era terrible todos con velas, gritando". Para ella todo estuvo preparado. 

El día 10 de enero va a la casa de su hijo y observa que frente había un auto que vigilaba la casa de Germán, y alcanza a distinguir el al volante se encuentra el oficial Lencinas. Dos días después de esto una foto de la fachada del departamento es publicada, y dos individuos que se  trasladaban en moto pasaron frente al lugar y los amenazaron de muerte. 

El día 14 golpean la puerta de su casa con una orden de allanamiento, en búsqueda de objetos cortantes. "Se sentaron y me preguntaron de mi vida, y como lo tomé cuando me enteré que mi hijo era diferente", recuerda. En ese mismo momento Germán la llama por teléfono diciendo que estaban allanando su casa otra vez. Delia le aseguró que apenas pudiera iba a ir hacia allá. 

Apenas se fueron los oficiales agarró la moto y se dirigió a la casa de su hijo, pero al llegar ya no estaba ahi. "Usaron el tiempo para llevárselo" dijo. Para cuando llega a la comisaría Germán ya había sido trasladado a la penitenciaria.  Desde ese día recibe mensajes violentos irreproducibles, con amenazas de muertes. Incluso amenazaron a la  abuela de German, que es una mujer grande de 78 años. 

Durante la requisitoria, Delia remarcó la conexión del antes mencionado oficial Lencinas, con la localidad de El Tío, y la aparición de una mujer de la misma ciudad que acusó de Germán de asesino por una muerte ocurrida años antes, donde Gómez fue solo testigo. 

Roberto Ferrero:

Según contó toma conocimiento del caso, el 2 de enero, por una llamada de una de las militantes de Bio Animalis, preguntando si podía tomar un caso clínico, que María Rosa lo llevaría hasta la veterinaria. Lo recibió y constató las heridas. Se trataba de un cachorro de casi tres meses mutilado, sin su piel.

Inmediatamente comenzó el tratamiento del animal. Explica que la heria comienza en la base de la oreja hasta la nuca y desde ahí a lo que denomina la cruz en el lomo del animal. Durante los primeros 3 días el animal responde bien al tratamiento, pero en el día 4 comienza a decaer, hasta que fallece el día 8 de internación por una perdida de fluidos. 

Tanto la querella como la defensa interrogaron al veterinario sobre las heridas. El mismo declaró que son sin duda heridas infligidas  con intención y que se descarta totalmente algún accidente o quemadura. Aclaró también que por la zona es una herida de muy poco sangrado y que el umbral de dolor del perro es muy corto, después entra en shock, explicando así como solo lloro por una hora y no volvieron a escucharse sus aullidos. 

Cuando se lo increpó sobre la cremación del perro, y la falta muestras para analizar, respondió que no existe un protocolo para estos casos, y por eso no se hizo. Además aclaró que el perro permaneció un mes  frizado en la veterinaria, hasta que el grupo de Arquitectos Sociales pidió cremarlo para poder hacer el monumento. 

El doctor Coron Montiel pidió leer la declaración antes presentada del veterinario, y lo acusó de clarividencia en cuanto a su análisis del culpable, pero Ferrero solo contestó que esa era solo una apreciación una hipótesis en base a los que le contaron, no era una opinión personal.  

Gonzalo Nota, Nany Quevedo y Verónica Nota. 

Los tres testigos relataron como encontraron al cachorro lastimado. Gonzalo y Nancy, quienes son pareja, estaban a cargo de cuidar a los cachorros mientras la madre de ella se encontraba en Buenos Aires,  El día en cuestión van a la noche a darle de comer a los 7 cachorros y la madre, y observan extrañados como todos los cachorros entran a la casa, pero la madre sale al patio enloquecida. Gonzalo Nota decide salir a ver, alumbrándose con la linterna del celular y contra el tapial encuentra a la perra lamiendo al perrito desesperada, y ahí observa que este tenia la cabeza toda roja. 

Llama a su hermana y cuñado, y deciden hablar con María Rosa, una vecina que saben que trabaja con perros. Vuelve al departamento con su cuñado, para poner el perro en una cajita y poder trasladarlo, en el momento que están por hacerlo, tres de los cachorros comenzaron a atacar a Chocolate, como si lo desconocieran. 

Los 3 a la mañana siguiente descubren que la foto del cachorro ya esta en todos los medios de la ciudad, y ven la gravedad de las heridas. Durante la investigación Verónica era la encargada de abrir el departamento para que la policía pueda llevar a delante sus pericias. 

Ariel Morandi:

"Me enteré de lo que paso por una llamado que recibí del doctor Ferrero" comenzó el testigo. Me dijo que recibió un perro que le había llevado una mujer llamada María Rosa Elena, y que estableció que la herida había sido causada con una mecánica física. Les avisó porque saber que ellos se dedican a eso. El testigo aclara que es parte dela Fundación Bio Animalis.

Según explicó Morandi, el veterinario determinó basado en su experiencia que la herida fue hecha intencionalmente, con saña.  Al día siguiente, es decir el 3 de enero, Morandi presentó la denuncia por maltrato animal. 

Javier Luna:

Vió a un policía en el techo y le preguntó que pasaba, y le dijo que era por Chocolate. El Según explicó Luna no sabía que habia sucesido en al patio de la vecina. Si remarcó que escuchaba al cachorro llorar desde hacia tres días, siempre que salia al patio lo escuchaba.  Sonaba como su un perro mas grane lo mordiera. 

También declaró que si alguien hubiera saltado cerca de su tapia sus perros habrían aullado. 

Te puede interesar
Lo más visto