

DJILIACY JACOUBY acorralado por la pruebas , seguirá en la cárcel :la condena pude ser de 8 a 25 años de prisión.
POLICIALES - JUDICIALES 08/03/2025Llegaba la primavera a San Francisco, aquél 2011 aparecía durmiendo en la terminal un hombre de unos 50 años, parecía estar desamparado aunque su apariencia no era la de un indigente. Alto, bien vestido y agradable en su trato. Un acento extranjero dejaba entrever que su origen probable era algún país de Europa o Asia. Él aseguró ser italiano. Un hombre solo, con amplia cultura, sin una sola valija y con un acento diferente, tardó muy poco en encontrar donde vivir. Pidió hablar por FM90.7 y explicó que era inmigrante que buscaba trabajo, un tiempo después asesino al docente Avelino Sufía,hoy está condenado y preso en Bower, pero para atraparlo hizo falta la pericia del fiscal Oscar Gieco quien lo persiguió por cielo y tierra ,antes había escapado de la policía italiana y el propio FBI, al final resultó ser una agente de espionaje .
Gracias a la solidaridad de los sanfrancisqueños, Pietro D´alto, como se llamaba según la única documentación que llevaba consigo, pudo asentarse en nuestra ciudad y comenzar a trabajar. “Era tapicero y de los buenos”, dijo el hombre que desinteresadamente le dio asilo. Le iba muy bien en lo suyo y por eso decidió comprar máquinas y poner su propia tapicería. Vivía en un pequeño departamento de B° Acapulco, donde pasó varios meses.
Ni bien llegó a San Francisco, Pietro hizo muchas amistades, pues lo simpático y cortés lo definían como persona. Entre las mujeres hacía estragos, los fines de semana en el Club de Abuelos las señoras ponían el ojo en este italiano guapo. Solo, atractivo, bien vestido, bien hablado y europeo, era la combinación perfecta para que las mujeres enloquecieran con él.
Su vida giraba en torno a la tapicería, las amistades y los romances. Además de ser una persona interesante, era extraño, ya que no se conocía y nunca hablaba del porqué de su llegada a San Francisco. Solo relataba la historia de haber vivido algunos años en Estados Unidos y haber trabajado allí, sin mencionar el motivo de su partida. Quien lo ayudó en primera instancia aseguró que Pietro decía que en Ezeiza le habían perdido documentación y equipaje. Justificando de esa forma estar solo con lo puesto.
Nunca mencionó nada respecto a tener familia ni a su país de origen. Si bien decía ser italiano hablaba muy bien el español y cuatro idiomas más. Con algunas amistades compartía comidas, tardes de visita y largas conversaciones en italiano, idioma que hablan muchos en nuestra ciudad. Algunos lo consideraron parte de la familia y estaban encantados con su presencia, como también muchas mujeres desfilaban por aquél departamentito de Acapulco. “Tenía muchas mujeres, pero había una que era la novia oficial”, cuenta una persona que lo conoció.
Sin dudas era un “don Juan” con las mujeres y sabía eludir de manera excelente los interrogantes acerca de su vida antes de llegar a San Francisco. Era muy raro todo, tenía una amplia cultura general, era políglota, manejaba muy bien la computadora, no estaba perdido, vestía bien, tenía una forma seductora de hablar, era excelente tapizando y por obra del destino, había llegado a nuestra ciudad.
Pasó el tiempo y un buen día, llegando a fines del año siguiente, Pietro desapareció. Nadie supo más de él, se fue y dejó todo tal cual estaba. Abandonó la tapicería, que ya tenía incluso una empleada; dejó el departamento sin llevarse nada y no había rastros ni pistas de donde se encontraría. El teléfono que tenía nunca daba con él, no se lo podía ubicar por ningún lado. Una mezcla de preocupación con enojo invadía a todos los que en algún momento le tendieron la mano.
Por varios años, estuvo desaparecido. Algunos pensaron que quizás se había ido al norte del país como él mismo había manifestado su deseo. Otros creyeron que estaba en Mendoza, pero nada era seguro porque datos certeros de su paradero no había. Un día, uno de los más impensados y fatídicos, volvió a la ciudad. Era el verano de 2015, cuando tras una discusión (se desconocen los motivos puntuales, aunque se habla de dinero) en la casa de Tofito Sufía, uno de sus amigos más cercanos, lo apuñaló. Pasados unos días la gravedad de la herida que le había ocasionado, le produjo la muerte.
La agresión del “italiano” al profesor Sufía, dejó boquiabiertos a todos los que lo conocieron en su paso por la ciudad. Costaba creer que ese hombre de buen porte y trato amable haya tenido una reacción de este tipo. Sin embargo, su desaparición repentina le restaba confianza. Ni bien sucedió el hecho, la víctima dijo quién había sido su agresor.
Pietro volvió a desaparecer, se hizo invisible nuevamente, tal es así que la policía jamás pudo hallarlo. El fiscal Oscar Gieco fue el encargado de llevar adelante la investigación para dar con el paradero de este asesino. Como primera medida se pidió información a Inmigraciones, dando resultado negativo, ya que nunca una persona con ese nombre había ingresado al país.
Tal como se pudo conocer, una pista llevó a los investigadores a la ciudad de Buenos Aires, donde una persona con nombre similar había sido denunciada por amenazar a una mujer y sus huellas dactilares habían quedado registradas. Gieco pidió colaboración a Interpol -Italia, Recibió la información que esas huellas dactilares correspondían a un argelino llamado DJILIACY YAkOUBY, que durante el período 1983-97 vivió en ese país, hasta que huyó luego de cometer asaltos y estafas, además de falsificar documentos de identidad.
El asesino, Yakouby, reapareció (sus huellas) en Baltimore (EEUU) en 2006.Luego de ser expulsado por ser inmigrante ilegal, se descubrió que atacó sexualmente a una joven y subió fotos a Internet. Desde entonces se lo tragó la tierra, hasta que en 2011 se presentó en San Francisco con el nombre falso. Hoy no solo es buscado por el fiscal Gieco, por el asesinato de Sufía, también Interpol suma los pedidos de Italia y Estados Unidos a quienes también burló de manera inexplicable.
Pietro o Yakouby, o como este hombre realmente se llame tiene una extensa carrera delictiva internacional y por algún motivo, aún desconocido, llegó a San Francisco. Engañó a mucha gente y mató a una de las personas con quien había entablado una amistad. Qué hay detrás de este delincuente no sabemos, pero su vasto conocimiento en computación, los cinco idiomas que maneja y su amplia cultura general, suena más que sospechoso.
Luego de atacar a Sufía escapó hacia Corrientes, pasó por Chaco y habría recalado en Jujuy. Finalmente , aparece en Buenos Aires .donde agrede a su pareja, que lo denuncia a la policía . Es allí donde con el estudio de las huellas dactilares se conoce que es DJILIACY JACOUBY. Queda en libertad y finalmente es arrestado en el 4 de noviembre de 2015 en la localidad bonaerense de Luis Guillón, por efectivos de la Superintendencia de Investigaciones de la Policía Bonaerense. Más tarde el juez federal Ariel Lijo lo condenó a dos años de prisión por sus delitos de falsificación documental y ordenó su traslado a la cárcel de San Francisco,, buena parte del resto de su dañina vida lo pasará tras la rejas.No o fue un crimen más, mató a un icono de la cultura regional.
La multinacional farmacéutica fue condenada nuevamente a un resarcimiento económico por su herbicida Roundup, que tiene al glifosato como su ingrediente principal, ya que un cliente contrajo cáncer por su utilización. Bayer ya pagó 10 mil millones de dólares por causas similares.
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