Juan Pablo Quinteros: “Si me quieren parar van a tener que apuntar bien para no errarle”

El ministro de Seguridad de la Provincia responde a las críticas que le propinaron los dos máximos referentes opositores, Luis Juez y Rodrigo de Loredo, quienes pidieron su destitución. “Yo fui opositor y ser opositor es criticar a los que hacen. Hoy estoy del lado de los que hacen”, expresó y agregó: “Me toca ser el ministro de Seguridad en la crisis socioeconómica más importante de las últimas dos décadas”.

CÓRDOBA22 de septiembre de 2024
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La gestión del ministro de Seguridad provincial, Juan Pablo Quinteros, quedó bajo una fuerte presión luego de que los dos principal es referentes de la oposición como son Luis Juez (Frente Cívico) y Rodrigo de Loredo (UCR), pidieran en duros términos su destitución tras conocerse nuevos casos de efectivos policiales vinculados a hechos delictivos.

En ese contexto y en un alto de sus tareas por los incendios forestales, Quinteros dialogó con PERFIL CÓRDOBA, expresó cuál es su situación y de qué manera tomó las críticas que le propinó la oposición.

–La oposición pide su dimisión y, en paralelo, la Provincia sufre fuerte los embates del fuego. ¿Esta es la semana más dura que le tocó enfrentar desde que asumió como ministro?

–No. Los momentos más difíciles han estado vinculados a hechos delictivos. La semana más dura fue la última de febrero, cuando lo mataron a Sebastián Villarreal, un trabajador que pedía clemencia porque sus hijos lo estaban esperando y lo mataron a sangre fría. Hacía poco que había asumido y me golpeó mucho. Ese caso se esclareció, al igual que todos los homicidios que hemos tenido en nuestra provincia. Pero, en ese caso particular, lo mataron a sangre fría con una violencia inusitada, pibes que salen drogados. Eso me generó un impacto, pero lo que pasó esta semana no me hace sentir golpeado porque los golpes vienen de los tipos más bajos de la política. Yo estuve en ese lugar. Yo fui opositor. Ser opositor es criticar a los que hacen y en este momento a mí me toca estar del lado de los que hacen.

–¿Le sorprendieron los calificativos que se usaron para pedir su destitución o impulsar un juicio político?

–Esto no es una bravuconada, si me quieren parar van a tener que usar un arma y apuntar bien para no errarle. Las críticas, si son constructivas, las tomo. Pero si sólo intentan buscar una miserable tajada política o rapiñar un puñado de votos, no pierdo ni 10 segundos en contestar. Mi única respuesta es el trabajo y la gestión. La gente se cansó del verso eterno de los que nunca hicieron nada para mejorarle la vida a alguien que no sean ellos mismos. La forma de expresarse habla más de ellos que de mí. Que lo expliquen ellos. Yo tengo que trabajar. No le busco explicación a lo inexplicable. Todo esto es de conventillo, el barro, me quieren llevar a ese lugar, no voy a entrar porque no tengo tiempo.

–En el reclamo de la oposición ellos advierten la grave situación en materia de seguridad que se vive en Córdoba. Esto es algo que no se puede negar, se palpa en la calle y la inseguridad se ha convertido en el principal reclamo de la gente. ¿A qué atribuye esta situación?

–Me toca ser el ministro de Seguridad en la crisis más importante de las últimas dos décadas. El miércoles pasado nos citó la ministra Bullrich y hablamos de estos temas que afectan a todo el país, también se conversó sobre la posibilidad de traer fuerzas nacionales a Córdoba. Yo estoy abocado a ésto desde las 6 de la mañana hasta la noche que vuelvo a mi casa, estoy en todos los procedimientos. La situación va mucho más allá de las fuerzas de seguridad, hay que circunscribirlo a la grave situación socioeconómica que se vive, a la rotura del tejido social, hay que hablar de la pérdida de los valores, de los efectos de la droga y por eso en esta gestión vamos con fuerza contra el narcotráfico. Esa percepción de inseguridad me impide que yo dé números, por prudencia. Al delito lo tengo que combatir con presencia policial en la calle todos los días. Por eso está toda la fuerza en la calle, desde los jefes de policía hasta los rangos más bajos. Me pueden decir lo que quieran, pero se nota que la policía está más presente en la calle. El problema es que la delincuencia crece más rápido que la cantidad de policías.

–Respecto a la policía, han sido varios los hechos que vinculan efectivos con delitos o con corrupción dentro de la fuerza. ¿Este es un problema estructural?

–Cuando asumí dije que policía que se apartara de la ley iba a ser apartado de la fuerza. Esto va desde un cabo hasta el jefe de Policía, de ahí en más, para abajo. En Córdoba lo que queda en claro es no hay impunidad para nadie. Lo del subjefe pegó fuerte por el hecho que lo metieran preso, yo me entere ese mismo día con lo cual queda claro que la división de poderes funciona. La cúpula policial está absolutamente unida en torno al trabajo que estamos haciendo, acá no se encubre a nadie, acá no se miente, no se oculta y transparentamos. Es la primera vez en la historia que un jefe de policía da a conocer cuántos policías hubo. Nosotros blanqueamos las cosas, cuántos policías tenemos, algo que es la primera vez en la historia que ocurre. No tenemos nada que ocultar. A nuestro jefe de Policía, el comisario General Gutiérrez, que no tengo dudas en decir que es el mejor jefe de los últimos 20 años, le pedí que diferenciemos los buenos de los malos policías. Él me dijo que no hay buenos y malos, me remarcó que están los policías y los delincuentes que se visten de policías.

–¿Cree que se puede complejizar su relación con la ministra Patricia Bullrich como consecuencia de lo ocurrido en la última semana?

–Es sugestivo que cada vez que me junto con la ministra los embates sean más duros. La relación es de gestión, de ministro a ministro, no es política. Me encantaría encontrar un gesto que pueda explicar eso de que me le colgué del cogote como un koala. De todas maneras, si yo logro traer a Prefectura a Córdoba o una mayor presencia de Gendarmería, si logro llevar adelante el programa Tribuna Segura con apoyo de distintas fuerzas nacionales y provinciales, si por mi relación con Bullrich puedo organizar un Boca - River con los dos públicos, que después del Bernabeu fue el único oficial, que me sigan criticando. Si ese vínculo a Córdoba le sirve y alguien me quiere intentar ridiculizar por esas gestiones, que lo sigan haciendo.

 

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