Historias Pandémicas : La enfermera de Tránsito que venció al Covid , pero su esposo no pudo,volverá a su trabajo

Su suegra, su esposo y su pequeño hijo, también se contagiaron. Su pareja falleció días antes de que a ella le dieran el alta. Pese a todo el dolor, la joven volverá a su trabajo a seguir dando pelea a la pandemia.

EL PAIS 30 de junio de 2021 Pérez Darío Eduardo Pérez Darío Eduardo
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La Pandemia  convierte  al  Hospital  Iturraspe en  un  campo  de  batalla entre  la  vida  y  la  muerte,  Romina es una  de  las  sobrevivientes ,   su  caso  es una  de las  historias  más conmovedoras   el  conmovedor  relato  de  EL DIARIO  DEL  PUEBLO.  

Romina Bustos es enfermera desde hace muchos años, pero comenzó a desempeñar su profesión recién hace cinco años cuando se mudó a Tránsito y se le presentó la oportunidad de trabajar en el Dispensario de la localidad de Tránsito.

Oriunda de La Tordilla, vivió en Arroyito y al quedar embarazada decidió radicarse junto a su familia en Tránsito. Su actividad radicaba en cubrir a las otras enfermeras y salir en la ambulancia cuando era requerida. Con la pandemia, Romina fue designada para las visitas domiciliarias a enfermos Covid: “Al principio sólo visitábamos a personas con patologías de riesgo, pero ahora se trata de asistir a todo el que sea Covid positivo”, informó la enfermera que ya recibió el alta tras casi un mes de internación por su contagio de coronavirus.

Romina destaca el recibimiento que siempre recibió de los pacientes que iba a visitar, tanto como ellos destacaron su carisma y cómo la esperaban cada día: “Las personas hacían que nosotros sintiéramos más ganas de hacer nuestro trabajo. Te recibían y te agradecían por hacer lo que hacías, y eso no tiene nombre. Eso nos da fuerzas”, asume.

Sobre su contagio, la enfermera contó: “Me enteré el lunes 31 de mayo por la mañana, me sentía rara asi que llamé a la doctora para que alguien me hisopara y di positivo. Me asusté por mi hijo, él es asmático, sin embargo y gracias a Dios, él la pasó sin síntomas. Mi esposo se volvió de la fábrica porque tenía síntomas y mi suegra también”.

Cabe señalar que el pequeño, de cuatro años, no fue testeado sino que se lo tomó como positivo por convivir con dos adultos con diagnóstico Covid.

Romina pasó los primeros días en su casa pero al irse complicando su cuadro se decidió su internación el sábado 5 de junio en Arroyito. Ese fue el último día que vio a su esposo a quien internaron cuatro días después, y falleció el 17. La enfermera recibió el alta el 22 de junio y ahí se enfrentó con la terrible noticia. Su suegra también estuvo internada pero “ya está mejor”.

La joven no recuerda mucho de sus días de internación ya que estuvo en coma inducido: “La pasé mal pero más de todo por alucinaciones de la misma medicación. No me acuerdo de haber tenido falta de aire, sólo recuerdo que me dijeron que me tenían que dormir y de ahí desperté en la terapia en el Hospital Iturraspe de San Francisco”, cuenta.

“Me fui enterando por los enfermeros todo lo que hice renegar porque no quería estar dormida”, dice Romina quien se encuentra aún en recuperación. Aunque restan estudios por hacer para descartar posibles secuelas de la enfermedad, la joven profesional se repone y ya logró volver a hablar tras haber sido intubada.

“Mi vida sigue como se puede porque yo salí adelante pero mi marido no pudo, él falleció, así que tratando de poder seguir…”, compartió con un nudo en la garganta la joven que pidió no subestimar la enfermedad: “Yo el día anterior a que me internaran, estábamos todos perfectos, saturando a lo que teníamos que saturar y todos estábamos de diez de ánimo, y al otro día como me sentí desganada, solicitamos una placa y de ahí me internaron y fue todo empeorando… Fue cuestión de un día el ponerme mal”, relató acongojada.

Romina, con una entereza admirable y una fortaleza que demuestra su espíritu y amor por lo que hace, reiteró: “No subestimemos la enfermedad, el virus existe y lamentablemente uno se da cuenta y toma conciencia de todo cuando le toca de cerca, cuando se te va un familiar que no podés despedir…”

Sin poder ocultar el llanto, la enfermera agradeció infinitamente a todo el personal sanitario de Clínica Regional Arroyito y del Hospital Iturraspe: “Los doctores y enfermeros tienen muchísimo trabajo, no dan abasto y sin embargo te hacen sentir como que son tu familia”, indicó. También agradeció a todo su grupo de trabajo de Tránsito por todo el acompañamiento todo el tiempo.

Romina contó que leyó todos los mensajes de la gente en las redes sociales enviándole fuerzas y oraciones por su recuperación y agradeció las enormes muestras de cariño recibidas.

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