IMPUESTO ROSA: ¿DE QUÉ ESTAMOS HABLANDO?

El “pink tax” se trata del precio extra que pagan las mujeres por el mismo producto que compran los hombres; este fenómeno se puede visibilizar desde ropa, higiene personal, hasta los juguetes para niñas.

EL PAIS 21 de agosto de 2019 Columna Especial Belén Luna
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En estos tiempos de cuestionamiento y de-construcción de nuestras relaciones cotidianas, las agrupaciones feministas y de disidencias sexuales cobran el rol de guía para lograr visibilizar desigualdades estructurales con el fin de disminuirlas y aportar, desde los lugares que ocupamos, nuevas miradas, perspectivas que incluyan y no excluyan. 

Dentro de las divergencias económicas que existen entre hombres y mujeres, hace un par de años empezó a generar importancia y debate el “impuesto rosa”, el precio extra que pagan mujeres por productos que se le asignan social y culturalmente. Afeitadoras descartables, analgésicos, ropa, productos de higiene, juguetes son algunos de los bienes de consumo que, desde la mirada del mercado, no solo colocan énfasis en el color que se les asignan, sino que se centran también en segmentar al público denominándolo dentro del grupo de “géneros feminizados”.

En enero de este año, el Centro de Economía Política Argentina, con el objetivo de generar reflexiones sobre las formas de consumir a la hora de comprar regalos para Navidad, generaron un informe donde estudian los mandatos de género en la dinámica mercantilista de las fiestas de fin de año. A raíz de este estudio, dividen su trabajo en dos grupos: estereotipos a la hora de pensar los juguetes y la diferencia de precios que les conceden a éstos de acuerdo a su “género destinatario”. Con respecto al primer punto, se encuentran, dentro de los juguetes propuestos para niñas las opciones de “tareas de cuidado” y “belleza”; y en cambio, aquellos reservados para niños se asocian al deporte, a la violencia y al ingenio. 

El CEPA, entidad responsable del estudio, denomina a la diferencia de precios como una “penalidad económica”, ya que se puede constatar tanto que “en promedio los juguetes más comprados orientados a nenas son más caros que los orientados a varones, a partir de la presencia de pink tax o impuesto rosa en productos de similares o idénticas características que son más caros en su versión “femenina”.

También en el mencionado informe del Observatorio de Género de CEPA se identificó la presencia de pink tax en base a un relevamiento de precios de productos de supermercado con similares características para varones y mujeres y donde efectivamente se constata la presencia de precios más caros en productos idénticos en su versión celeste (más barata) y su versión rosa (más cara), con diferencias que oscilaban entre el 5% y el 100%. El ejemplo típico es la maquinita de afeitar en su versión rosa, 47% más cara que en su versión “clásica”.

En conclusión, para el Centro de Economía Política Agentina, no sólo son las mujeres las que señalan ingresos 27% en promedio más bajos que los varones, sino que padecen el impuesto rosa sostenido por un mercado desregulado y patriarcal, y al mismo tiempo deben afrontar una serie de consumos y gastos mayores que los hombres –a lo largo de su vida- lo que encarece aún más el costo de vida de las mujeres.

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