Y en un instante renació y se llamo a si misma VERÓNICA (parte 1)

Entrevista intima con Verónica Giordano, recorremos su lucha por su identidad. La primera parte de la historia de una mujer que se construyó a si misma.

SOCIALES 15 de marzo de 2018
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Verónica Goirdano

Verónica Goirdano es mujer, militante transexual, amiga y consejera. Luchó incansablemente para poder vivir con el género que la identifica en mente y alma. Docente y directora en la educación publica, que dejó una marca en el corazón de sus alumnos. Esta es la primera parte de una entrevista donde habla de su vida, su transformación de Marcos a Veronica, y la batalla legal que aun continua por su cargo como Directora.

A 7 años de tu operación de reasignación de género ¿como esta Verónica hoy con respecto a la sociedad?

A veces hago hipótesis conmigo, que hubiese pasado en otra época, en otro contexto familiar, si sin la presión social hubiera deseado ir hacia algo que es a lo que nunca llegas, querer como toda trans que quiere una transformación completa, pero nunca estar conforme. Yo le llamo imcompletitud identitaria y crisis existencial crónica. A mí me hace sufrir. Hay personas que venden una imagen, sobre todo la gente que es en el espectáculo, que dice a ellos nunca los discriminaron que la pasaron bien, no quiero tener la verdad pero yo sé que no es así. Lo que genera discriminación y lo que le molesta a la sociedad es la diferencia visible, es decir cuando vos con tu diferencia, que no la podes ni querés ocultar, que la haces explicita, cuando rompes con el estereotipo de lo femenino y lo masculino, eso genera discriminación. De la misma manera que cuando no reunís los cánones del tipo estético del momento. Aun hoy con toda la información que hay el prejuicio se sigue imponiendo. Es como que hay personas que tenemos que dar constantemente justificaciones y explicaciones porque implícita o explícitamente te las van pidiendo. Son luchas cuando estas en un sector que el tiempo histórico excluye, hace todo más difícil

¿Cuando dirías que comenzó tu lucha?

 Internamente empezó en mi niñez, a los 4 o 5 años, en jardín. Todos esos años significaron insomnio, cuando sos muy chico y vivís en un época donde nunca viste una travesti, lo vivís con un poco de fantasía y a su vez miedo y culpa. Mi mayor preocupación era como voy a hacer cuando sea más grande para disimular lo que siento. Sentía mucha presión porque desde chiquito la familia es cruel, viene tus tías y te dicen “¿vos tenes noviecita?” porque se dan cuenta de tu realidad. Por esa presión tarde añares en decir no me gustan las mujeres porque me siento mujer, fueron más de 20 años,

¿Recordás el momento en que lo dijiste por primera vez?

A nivel íntimo no me acuerdo cuando lo dije por primera vez, si se lo di a entender a mi abuela antes que muriera, cuando yo tenía 21 años. Ella estaba postrada, muriéndose, y  se preocupaba mucho por mí. En se momento mi papa me presionaba para que trabajara cargando camiones o de albañil y yo no quería. Mi abuela no entendía porque yo no quería ayudar.  En esa época con un  título de secundario podías tener un trabajo en una tienda, algo más unisex, pero yo ni eso podía. Un día hacia un curso en San Francisco, antes de empezar a estudiar, y llegue un poco más tarde de lo común, y ella estaba desesperada. Yo estaba  tan mal esa noche y  le dije con muchas vueltas lo que a mí me pasaba, que estaba sufriendo mucho, pero no se lo dije explícitamente. Ella se conmovió mucho y entro en agonía. Yo necesite decirle eso antes que muriera, yo la amaba tanto y ella me amaba tanto que  quería que lo supiera. En la primaria sufrí mucho, los chicos me acosaban, no me dejaban ir al baño, todas esas cosas que hoy llamamos bulling, y yo no podía ir a mi casa a contar lo que me pasaba. Cuando yo lloraba y hacia algún berrinche, mi abuela me abrazaba y me compraba algún libro para que yo lea.

¿Porque elegiste el nombre "Verónica"  para esta nueva etapa de renacimiento en tu vida?

A los 10 años me refugiaba mucho en la iglesia en Devoto, con todas las señoras grandes. En ese momento estaba el cura Burella, era muy conservador, casi nazi, pero a mí me sacaba la ficha, y yo hablaba siempre con él.  Le decía, padre vengo a hablar no a confesarme,  yo vengo a compartir con usted intercambio de opiniones, ideas y sentimientos. Yo estaba aprendiendo, cuestionándome. En semana santa se hace el via crucis, con las 14 estaciones, en la sexta estación aparece Verónica que le seca el sudor a Cristo, entonces yo dije esa soy yo!.  Porque el cura siempre me decía que yo era una persona piadosa. Entonces Verónica, porque cuando toda la gente cascoteaba al acusado ella va con un paño le seca el sudor y se solidariza. Y yo dije ese es el nombre que quiero tener para mí, porque no me gusta cascotear al que esta caído, me gusta defenderlo. Por eso lo elegí y me lo guarde siempre para mi. 

¿Como fue el instante en que decidiste que tenias la necesidad de la operación de reasignación de género?

Desde mi niñez yo asumí eso, siempre quise ser mamá más que pareja. Cuidaba a los hijos de los vecinos, me ponía el pantaloncito y las camisita suelta e iba con los changuitos. Hacia los mandados, todos me confiaban sus hijos. Pasaba y miraba mi reflejo en los vidrios y quería estar embarazada. 

¿Cual es tu mas grande dolor?

No sé si hay una prioridad, pero primero no haber construido una familia y tener hijos, no para ser una señora de familia, para mí hubiera sido mi cable a tierra tener una pareja e hijos, no para realizarme como mujer, si no para mí. Me hubiera encantado tener ese hogar, tener mucho dialogo, mucha libertad, mucho debate. Una familia con mucho amor, como yo no la tuve. Pero ojo, no hubiera renunciado por ese tipo de vida a la lucha social que hice.

¿Cuando nació tu vocación por la docencia?

En realidad quería estudiar filosofía y no pude, el padre Burella me había hecho contacto con un señor que hacia solidaridad, daba hospedaje para los que querían estudiar y no podían pagarse el estudio, pero cuando conocí el lugar era todo compartido con boxes, incluso  los baños y tenía que compartirlo con todos varones, y no podía, no pude vencer eso. Luego que fallece mi abuela tuve in intento de suicidio y me fui a vivir con una familia a Carlos Paz y el padre Burella me busco y presiono a mi padre para que me pague algún estudio. Yo le decía a mi papá que necesitaba estudiar para poder defenderme, porque con esta realidad me cuesta conseguir trabajo. Me vengo a San Francisco y a mí me gustaba filosofía y ciencias políticas o medicina, pero en aquel momento había solamente ingeniería o en la inmaculada historia y enfermería. Yo  pensé  bueno historia es ciencias sociales. Cuando empiezo los cursillos un día me para la monja como diciendo que haces acá olvídate. Justo en ese momento en el San Martín abre el profesorado de ciencias jurídicas y contables, que no era lo que más me gustaba pero tampoco me disgustaba, y bueno ahí empecé. Y así por azar entre a la docencia. 

¿Como era tu relación con los alumnos cuando dabas clases?

Nunca tuve conflicto con los chicos. Cada año cuando tenía q empezar las clases y presentarme a un grupo nuevo era una tensión muy fuerte. Cuando daba clases nunca me vestí de mujer. Me costaba, entonces yo escribía en el pizarrón el nombre de mi materia, mi nombre y apellido, y fui evolucionando. Me llevo 10 años con un grupo maravilloso de alumnos,  la primera vez que hablé de mi temática, fue objetivando, les explique que dentro de las identidades estaban estas las orientaciones, las conductas y yo estoy acá. Pero siempre aclaro q antes que nada soy un ser humano, con los mismos sentimientos, con las mismas necesidades de afecto, con proyectos e ideales que por ahí son difíciles de concretar cuándo tenés una situación adversa. A partir de ese momento empecé a presentarme con más seguridad, no como verónica, pero por ahí se tocaba el tema. Y me acuerdo que un año había 4 o 5 varones que iban a coloquio, y me preguntaron algo,  me quebré y les conté lo que me pasaba, y empezaron a llorar y se conmovieron. Uno de los chicos me dice “sabe una cosa profe, yo tengo un papa que es muy conservador, y si el hubiera sabido que yo tenía un profe como usted me hubiera sacado de este colegio, yo jamás le dije eso porque yo lo quiero mucho a usted, y no hubiera podido aceptar eso”. Esas cosas te gratifican. A veces voy por las calle y uno ya no los reconocen más porque cambiaron mucho, pero me paran  y me presentan la novia o el marido y la mujer, sus hijos.

Fuiste la primera directora elegida por concurso en 20 años. ¿Como llegaste a presentarte para el cargo?

Yo siempre hice cursos y fui coordinadora de gestión, me gustaba trabajar y aprendí mucho. Cuando iba a Córdoba a hacerme cesiones de depilación láser, me anotaba en cargos de preceptores, de secretario y  no me salía nada. Yo solo quería tener un sueldo estable. Una mañana una amiga me dice vos sabes que esta el primer concurso en 20 años para cubrir cargos directivos, y me pidió que lleve sus papeles. Cuando voy me comentan que a mi amiga no la podían anotar porque el tramite era personal, pero si me podían anotar a mi. Me faltaban algunos papeles, los busque muy rápido y así entré. En ese momento no estaba afiliada al UEPC , pedí algunos apuntes prestados y me presenté. Después me enteré que estaba en uno de los puestos mas altos, y me fui a la IPEM 315  donde se armo todo el conflicto con Baldomero Carlos.

¿En que estado esta la causa que se origino desde ese conflicto?

Ellos me mandaron a preguntar si estoy bien en el San Martín y quieren firmar un acta para cerrar el caso. Yo les dije que hay un expediente abierto, en el que me acusaron de cosas falsas. Yo creo que mi lucha y cada lucha que uno libra tienen que dejar de ser individuales y tienen que ser colectivas. Yo ahora estoy en una resistencia pasiva por problemas familiares, ¿pero si cierran el caso así que antecedente sentaría? Que ninguna persona trans puede ocupar un cargo. Así que le comunique al inspector que no renuncié a la lucha, y yo no le voy a firmar nada al gobierno, porque hay un expediente donde me acusaron y lo archivaron, y tiene que decidir si soy culpable o inocente. Se me acuso de mala gestión cuando tengo todos sobresalientes con  los inspectores. Detrás de esto hay un grupo de mucho poder económico que querían una escuela muy exclusiva, una escuela pública pero con un criterio de manejo privado de selección. Todo cambia en las elecciones de septiembre de ese año, yo ya no podía sostener mi gestión con el sabotaje que sufría cada día. Es muy difícil explicarlo, tiene que ver con lo que se llama curriculum oculto en la escuela. Cada vez que hacían un sabotaje era mi culpa porque era trans, y es una cosa que te hace sentir mal y te lleva a un momento de desgaste.

¿Entre los cambios de la operación y el conflicto en la escuela, pensás que hubo momento  en que Verónica tuvo la oportunidad despedirse de  Marcos?

Fue un proceso lento, yo me opere y después sale la ley de identidad de género y podía cambiarme el nombre, tarde más de un año y medio en hacerlo, no me importaba tanto el DNI y el papel. Yo tengo un conflicto porque cuando  naces mujer, independientemente de la cuestión estética, vos sabes que sos mujer y punto. Pero cuando vos no naces mujer y te quedan rasgos, hay ciertas cuestiones que te acomplejan, a veces no sabes en qué medida es mucho complejo tuyo o de la realidad, porque deberían acompañarte antes del proceso. Pero si, Marcos se fue. Se fue de a poquito, y aunque no me vean Verónica o me vean bizarra, cuando me preguntan yo siempre les digo “el Marcos se murió, ahora esta Verónica”. Igual yo lo recuerdo con mucho cariño porque es parte de mi historia.

Idea Tere Capdevielle, co-procucción con Natalia Pérez

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